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Antes del Mundial de China, más allá de ideas individuales o expresiones de deseo, no quedaba claro dónde estaba parada la selección argentina en relación al resto del mundo. Pero solamente por una cuestión de falta de enfrentamientos, a partir del cambio en el calendario mundial desde los Juegos de 2016. Además, se juntaba que en Río había sido la despedida de los próceres de la GD (Manu, Nocioni, Delfino), por lo que la incógnita era aún mayor. Pero la otra parte de la info decía: varios de estos jugadores han explotado al máximo nivel en estos tres años. 

Con lo hecho en China, ¿cambia la proyección o la expectativa que la selección genera para lo que viene? Hablamos inicialmente de Tokio 2020, pero también de lo siguiente, porque hay un dato no menor. Si no pasa algo extraño, Luis Scola se retirará de la mayor tras Tokio, y en China quedó demostrado lo que todavía pesa en el equipo. Para analizar esta situación, convocamos a pesos pesados de la historia del equipo: Julio Lamas, Gonzalo García, Pichi Campana, Lucas Victoriano, Leo Gutiérrez y el periodista Marcelo Nogueira.

Arranca Lamas: "La situación cambia, levanta la mitada del equipo y de sus integrantes. El equipo va a ser más respetado en las próximas competiciones y van a tener más confianza entre ellos mismos. Además los integrantes van a tener mejores ofertas de mercado, algunos de ellos, y más respeto. O mejores equipos para jugar en la misma competencia. En China jugaron un torneo calcado al 2002, menos la final. Cuando se jugó el 2002, en la previa nuestros jugadores tampoco dominaban a nivel mundial. Yo lo fiché a Pepe Sánchez para Alicante por fax. Después se fue a Detroit. ¿Esto quiere decir que van a hacer la misma carrera que Ginóbili y Scola? No, pero hay una opción superadora. Hay un antes y un después ede este torneo. En el reconocimiento a nivel mundial para el basquet argentino y para el equipo. Y en la interna del deporte general para el basquet. Van 6 de 8 desde el 2002 en el que el básquet se mete entre los 4 mejores del mundo. Y por primera vez sin la GD. No se puede adivinar el futuro, pero llegaron a China de una manera y salieron de otra. Hoy están parados en otro lugar".

Clarito. El subcampeonato mundial no implica un cambio en sí mismo, porque el nivel individual de los jugadores no se cambiará por la plata, pero sí cómo se los verá de ahora en más. Agrega Leo Gutiérrez: "Cambia para bien el panorama de la selección, porque los ojos del mundo estuvieron puestos en Argentina por el tremendo Mundial que jugó. Creo que se los va a respetar de otra forma. Ahora queda en apuntalar lo que se hizo bien en los JJOO, que no va a ser fácil, porque ahora a Argentina le van a querer ganar todos, pero con el trabajo que están haciendo sus entrenadores, van a tener chances de pelear arriba". Algo parecido piensa Pichi Campana: "Es como que hay vida después de la GD y el básquet argentino lo volvió a hacer. En ese sentido quizá la situación cambió, pero la realidad es que la selección siguió jugando bien siempre más alla de los nombres. Quizá por eso los respeten más, aunque creo que lo seguían haciendo. Argentina es un rival de cuidado y lo volvió a demostrar".

En ese sentido también habla Lucas Victoriano: "Sí, cambia el panorama. Se disiparon las dudas de si se podía competir con las potencias. Se podía pensar que había calidad, talento y trabajo y todos estábamos expectantes para saber cuál era nuestro nivel mundial. Ahora lo sabemos y será muy difícil manternos entre los mejores. El reto ahora es ese y el desafío es meterse otra vez entre los mejores en Tokio". 

¿Tokio será una prueba de fuego? Es obvio que a la Argentina no se la verá como antes de China. En ninguna opción se la consideraba para semifinales y, apenas, para estar en cuartos de final. Habiendo sido finalista, no se la puede sacar de cualquier futuro pronóstico. Hasta Tokio y después tampoco. Dice Marcelo Nigueira: "El valor real del subcampeonato se reflejará en el estusiasmo y el compromiso de los jugadores de la selección por continuar con el proceso. Los más veteranos (Campazzo, Laprovittola, Delía y Garino) tienen por delante, por edad, al menos, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y el Mundial 2023. Será clave, desde ahora, para apuntalar las posibilidades deportivas de competir, convencer y sumar a la legión a Francisco Cáffaro, algo así como el jugador interior que suponemos podría reforzar la falta de talla y calidad una vez retirado Scola".

Gonzalo García lo mira más por el lado organizativo e institucional: "Creo que no debe cambiar nada respecto al programa de trabajo y a la conformación del staff. Hernández debería continuar post Tokio 2020 (aunque parezca difícil), Scola debería seguir totalmente involucrado también luego de los Juegos Olímpicos, al igual que Federico Susbieles (ha cambiado sustancialmente la gestión profesional y deportiva de la CABB). Habría que aprovechar este gran momento del seleccionado para generar recursos para mejorar la estructura e infraestructura de todos los seleccionados masculinos y femeninos". 

Digamos que el post Tokio todavía está muy lejos, pero no se puede no pensar en él. El Mundial, además de poner a Argentina en el foco nuevamente, seguramente generará ese sentido de pertenencia que tuvo con la GD en los próximos encargados de mantener su jerarquía. Se suponía que la transición sería más larga y no hay que descartar que no se vuelve a conseguir pronto una ubicación top. Lo más importante que ocurrió en China fue comprobar in situ que, haciendo las cosas de la misma manera y trabajando con el mismo compromiso, los resultados obtenidos en los últimos 20 años no son imposibles. Eso sí, creer que sin Scola y sin Hernández todo puede ser igual sería un error. Será un proceso nuevo que requerirá un reacomodamiento nuevo, como el del 2016 para acá.