"Yo no soy ningún mago. La ambición de un grupo pasa por la ambición personal. A mí me gusta entrenar a jugadores que tienen ambición personal. Me gusta tener jugadores que se enfaden conmigo porque les siento. Tengo un grupo muy ambicioso, que valora lo que tiene, que es feliz, que trabaja mucho… Esto no nos puede parar, esto nos debe dar confianza para seguir. Veo señas de identidad del equipo que se muestran desde la pretemporada. Estoy muy orgulloso de mi equipo y soy sabedor de que tenemos mucho trabajo por delante", fue uno de los conceptos que brindó Pablo Laso tras la victoria y el título de su Real Madrid en la Supercopa Endesa.
Desde que llegó, en la temporada 2011/12, el entrenador se transformó en la cabeza que está detrás del equipo Merengue más exitoso en mucho tiempo y no paró de llenar de trofeos las vitrinas del club. Como lo dijo en la conferencia de prensa post Baskonia, una de sus grandes cualidades radica en la capacidad para saber administar la abundancia y grandes egos. También ha sabido reinventarse y encontrar los refuerzos exactos para cada necesidad y cada baja. De lo contratio, no hubiera durado tanto tiempo en uno de los clubes más grandes y exigentes del continente europeo.
Su porcentaje de efectividad es excepcional: jugó 30 campeonatos oficiales desde que se convirtió en el entrenador en jefe del Real Madrid y llegó a la final en 22 oportunidades. Es decir, llegó al momento decisivo del 61.1 por ciento de los torneos que afrontó. Pero además, su equipo ganó 16 de esas 22 finales; una verdadera locura que se traduce en un 72.7 de efectividad.
Sus títulos como DT del Madrid:
- 4 Ligas ACB
- 5 Copas del Rey
- 2 Euroligas (4 finales y 5 Finals Four sobre 7 posibles)
- 4 Supercopas
- 1 Intercontinental