Historias que emocionan

Tiene 24 años, mide 2.15 y calza por primera vez zapatillas gracias a Scola

15:51 05/04/2019 | Su nombre es Lucas Farías, vive en Almirante Brown, provincia de Buenos Aires, y nunca había podido tener zapatillas para su pie. Hoy lo consiguió gracias al gran capitán.

Lucas Farías con Mariano Pastore, ayer, en Almirante Brown, con las flamantes zapas donadas por Scola (Foto Twitter)

La historia de Lucas Farías es de las que conmueven. Y mucho. El chico de 24 años, nacido y criado en Almirante Brown, en la provincia de Buenos Aires, no tuvo una vida sencilla a partir de su enorme tamaño (2.15), que le provocaba más problemas que soluciones. De hecho, soluciones, ninguna.

Sin embargo, por esas cosas de la vida, en algún momento puede pasar algo que cambia el rumbo. Hace dos días, el miércoles 3, su profesora Soledad, de la escuela Los Álamos, de Brown, se comunicó con Matías Frisco, que a su vez llamó a Mariano Pastore, directivo de ORO Basket, el club de Zárate que jugó este año el torneo de Zárate/Campana y los de Federación de Buenos Aires, para contarle la historia de Lucas. 

Uno de sus mayores problemas era que no podía practicar deportes (nunca lo hizo), por no tener un calzado adecuado ni posibilidades económicas de conseguirlo. Hasta ahora, solo lo hacía con zapatillas varios números menor, ya que no conseguía número 52. Increíblemente, ningún profesor cercano hizo saber de su existencia antes.

Pasol se contactó inmediatamente el mismo miércoles con Carlos Montesano, abogado de la Asociación de Jugadores, donde Luis Scola dejó como donación varios pares de zapatillas grandes, porque no es un problema nuevo. Por ende, Montesano se juntó con Pastore, le dio 3 pares de zapatillas de básquet y ayer mismo Pastore se trasladó a Almirante Brown para entregárselas. 

De más está decir el momento de emoción que se vivió en la casa de los Farías cuando Lucas pudo ponerse, por primera vez en su vida, unas zapatillas acordes a su pie. Ahora hay gente que quiere entrenarlo y hacerlo practicar deportes, sin una visión de convertirlo en nada, sino simplemente de ayudarlo a desarrollarse físicamente y como persona. A miles de kiómetros de distancia, seguramente a Luifa Scola se le dibuje una sonrisa.

 

 

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