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La Liga 2016/17

Se cumplen 5 años del retiro de una leyenda: Juan Espil, el escopetero

18:29 18/04/2017 | El 18 de abril de 2012 dijo adiós uno de los jugadores más exquisitos que ha dado nuestro básquet. Talento único, mano de seda y un caballero respetado.

El escopetero bahiense, todo un símbolo en la historia
La exquisita carrera que Juan Espil desarrolló como jugador es algo imposible de olvidar. "La leyenda del escopetero que no envejecía" dictaba el homenaje que Bahía le rindió un año después de su retiro, un concepto nada errado para un jugador exquisito y una fantástica persona que marcó una época. Espil siempre fue y será sinónimo de goleador, caballerosidad y respeto por todos.
 
Este 18 de abril se cumplen exactamente 5 años de su retiro. Jugó hasta los 44 años y su mano de seda seguía haciendo vibrar a todos, después de más de veinte años de carrera profesional nunca perdió su magia y eso lo convirtió en un distinto, en uno de los mejores no solo de la época sino de la historia de nuestro básquet.
 
Su último partido fue para la 2011/12, jugando para un Weber Bahía Estudiantes quedó eliminado en cuartos de final ante Peñarol por 3 a 2. Aquella temporada Bahía había logrado adentrarse en la reclasificación donde barrió a Sionista (3 a 0), pero luego se enfrentó a un durísimo Peñarol que semanas después terminaría consagrándose con el título de la temporada. Bahía arrancó perdiendo los dos primeros juegos en Mar del Plata, luego tuvo revancha y ganó sus dos encuentros en el Casanova para forzar un quinto punto en el Polideportivo. La balanza se inclinó para el Milrayitas en ese quinto y decisivo punto, imponiéndose 88-67 y concretando el retiro del escopetero.
 
Esa noche Espil completó una tarea de 3 puntos (1/2 en dobles, 0/4 en triples y 1/2 en libres), 1 rebote, 2 asistencias y 4 pérdidas en 19 minutos. No fue un buen partido para el escolta, aunque eso no tapa la enorme vigencia que tuvo hasta último momento y más si recordamos que cinco días atrás, por el Juego 4 de la serie, la rompió con 21 puntos (4/8 en triples) y fue el jugador clave que forzó el último juego en tierras marplatenses.
 
Espil se dio el gusto de retirarse en casa y en uno de los clubes que lo vio nacer. Si bien se crió en Liniers, tuvo su primera experiencia en la Liga de la mano de Estudiantes de Bahía (1988) y siempre tuvo ese sentido de pertenencia e identificación con su ciudad natal. Incluso todo se potencia más si tenemos en cuenta su participación en el proyecto de Bahía Basket junto con Pepe Sánchez en el último tiempo.
 
Además de Estudiantes de Bahía, no hay que olvidarse de su recorrido por GEPU (1992-1994) y Atenas (1994-1996) antes de cruzar el océano y dejar su huella también en Europa. Baskonia (1996-2000), el Virtus de Roma (2000-2001), Joventut de Badalona (2001-2003), Manresa (2003-2005 y un segundo ciclo en 2007-2008), Tenerife (2005-2006) y Bilbao (2006-2007) pudieron disfrutar de su gran talento. Luego concretó su vuelta a Argentina para jugar en Boca (2008-2009), Obras (2009-2010) y terminar recalando en Bahía Estudiantes (2010-2012). Una trayectoria de lujo.
 
Dentro de la Liga jugó 589 partidos y contabilizó la exquisita suma de 12.472 puntos (4° histórico), un promedio de 21.2 por partido. Esto lo hizo convertirse tres veces en máximo goleador de temporada, una con GEPU (1992/93) y dos con Atenas (1994/95 y 1995/96), más el MVP de las finales que se llevó cuando salió campeón con GEPU. Y en este desglose también hay que tener en cuenta sus 1751 triples convertidos, o sus 53 puntos contra Ferro en la 95/96 (máximo récord de un jugador en un partido) dentro de una temporada donde terminó facturando 1782 puntos en total (máximo récord de un jugador en una temporada).
 
En cuanto a puntos también hay que sumarle los 4065 tantos que anotó en ACB, los 490 en LEB y los 542 en la liga italiana, redondeando un recorrido ejemplar no solo en el plano nacional sino también en el viejo continente, porque no hay que olvidar que fue subcampeón ACB (en la 1997/98 con el Tau Cerámica) y que ganó una Copa del Rey (98/99, también con el Tau).
 
Y si de hacer memoria hablamos, es imposible obviar aquella jugada que marcó su carrera, cuando el 1° de julio de 1992 en el Preolímpico de Portland le anotó una exquisita bandeja volada a Michael Jordan, en el partido que la selección argentina jugó ante aquel Dream Team de Estados Unidos. Con la selección, lo más alto fue en los Panamericanos de 1995.
 
¿Cómo resumir su tremenda trayectoria? Posiblemente este video que Bahía le dedicó el 22 de febrero del 2013, casi un año después de su retiro y en ocasión de homenajearlo colgando su camiseta con el número 10 en lo más alto del Casanova, explique un poco su trascendencia. Sería casi imposible demostrar el significado de este tremendo jugador, pero este compacto ayuda bastante.
 

 

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