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Sin Marcos Mata ni Nicolás Aguirre, San Lorenzo ganó con sufrimiento y puso 2 a 0 la semifinal ante Ferro. Desde el inicio San Lorenzo se mostró cómodo en el juego y se apoyó en sus hombres grandes para dominar en la media cancha rival. Mathias Calfani tuvo un gran arranque en ataque, muy útil para su equipo, poniendo cortinas, cortando al aro y animándose al tiro de 3 puntos también. En una ráfaga en la que hizo gala de todo su poder ofensivo, con sus internos como estandartes, el dueño de casa sacó 13 de diferencia (22-9), que se transformaron en 19 finalizado el 1C. Ferro se mostró dormido en ambos costados de la cancha y no pudo alimentar a Charles Mitchell en la pintura azulgrana.

El comienzo del segundo chico fue prometedor para la visita. Con una verticalidad que no había mostrado hasta el momento, logró un parcial de 6-0 y recortó la brecha en el marcador. La pólvora pareció secarse para los dirigidos por Gonzalo García, que tomaban tiros más complicados, y mandó a Calfani a la cancha nuevamente en busca de soluciones. Envalentonado por su momento dulce en ataque, Ferro volvía con gran ímpetu para defender y lo hacía de gran manera. Un triple de Mitchell dejó a los de Caballito a 4 puntos (30-34) pero fue en ese momento que el dueño de casa volvió a enchufarse. En defensa cerró su aro y peleó por los rebotes –Ferro apenas anotó 2 puntos en 3m22s–, mientras que en ataque se reencontró con el funcionamiento del primer chico y Sims mostró su buena puntería.

En el arranque del complemento, los de Laginestra buscaron darle más la pelota a su pivote foráneo. Sus puntos, además del aporte desde el perímetro de Luciano Massarelli, mantuvieron en juego a su equipo y al acecho de San Lorenzo. Los locales no engranaban como en su furioso primer cuarto y alternaban buenas con malas. A mediados del período vio acción por primera vez Dar Tucker, aunque no pudo romper la paridad que reinaba en el encuentro y Ferro llegó con una desventaja de 8 (62-54) a los 10 minutos finales.

El equipo de Caballito movió la pelota para fabricar espacios y poder explotarlos. San Lorenzo tomó recaudos sobre la amenaza que significaba Mitchell y cada vez que pudieron doblarle la marca lo hicieron. Ante un final abierto, Fjellerup y Vildoza cobraron protagonismo. Se hicieron cargo de los ataques del local y supieron cuándo asistir y cuándo tomar sus propios tiros, pero sin embargo, el equipo no encontraba alejarse en el resultado para tranquilizarse. A falta de 2 minutos, Ferro achicó la diferencia a 5 (74-79). Una bomba de Massarelli hizo ver posible la victoria. Más aún después de otro triple, esta vez de Cosolito para el 80-81 con 48.4s en el reloj. La visita recuperó la pelota -el falló debió ser revisado- pero con gran picardía Vildoza robó el balón para desactivar el peligro y San Lorenzo sentenció el partido desde la línea de libres.

Iván G. Furman / [email protected]

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