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En un mundo de mentiras y dobles pensamientos, Mariano Sánchez va de frente y no anda con vueltas, dice las cosas sin pelos en la lengua, como si le estuviera hablando a jugadores experimentados que entrenaron con él como Luis Scola y Marcus Morris. No esconde nada y cuenta todo, analiza y es metódico. Es un convencido que la técnica individual es nodal y así lo defiende en cada frase, idea y pensamiento. 

Mariano no descansa nunca y se reparte el tiempo entre el campus de su papá Oscar y los entrenamientos con estrellas de la Liga Nacional, Europa o la NBA. Pero no se la cree, entiende que el camino del esfuerzo es el más importante para modificar los hábitos de un jugador. Así es que entre el final de la práctica matutina y el almuerzo, Sánchez se las arregla para charlar un rato con Básquet Plus y analizar lo que pasó, lo que viene y lo que vendrá en su vida.

-¿Cómo es un día de entrenamiento con Mariano Sánchez?

. El hecho de conocer muchos entrenadores y lugares me permite hoy organizarme rápido para trabajar ante cualquier grupo o persona. Sean jugadores chicos principiantes o avanzados, clubes de Liga Nacional o jugadores de la NBA. El conocimiento que hay actualmente te permite entender qué necesita cada jugador, cuáles son los rangos físicos y los drills en conjunto para los que tengamos enfrente. El rol del entrenador es resolver qué práctica necesita cada jugador. Con Scola y Cáffaro por ejemplo trabajábamos situaciones de partido con diferentes variantes.

-¿Creés que la Liga necesita más entrenadores de técnica individual?

. Lo que veo es que mucha gente me escribe para que pueda ayudarlos, también veo que se está bajando mucha información táctica hacia técnica y no física para técnica hacia táctica. Entonces, en vez de empezar de abajo lo hacemos desde arriba y el asistente en la liga está muy corto de tareas. Es sólo scouting en la edición de videos y las situaciones de jugadas. Lo que quiero decir es que el asistente también debería potencias el juego en parejas y el aspecto individual de cada jugador. El entrenador tiene que ser completo, por eso el camino que tomé yo fue un desafío muy grande. Tuve que aprender a interpretar como trabajan los serbios y los norteamericanos para potenciar la técnica y empezar a unir todos estos métodos para formar el mío. 

-¿La técnica individual es lo más importante que tiene que tener un jugador en la actualidad?

. Es lo más importante. Si un chico o un jugador de básquet no avanza su estilo y no tiene mejor control físico para jugar no tiene posibilidades de crear juego con facilidad. Si no tenés la posibilidad de resolver sin tener mucho la pelota en las manos estás perdido. La técnica individual está totalmente relacionada con los esquemas y el juego por conceptos. No hay que pensar cómo manejo yo la pelota y mi cuerpo, sino que hay que pensar cómo resolver y sentirse cómodo con eso. 

-¿Cómo te decidiste por esta profesión?

. Yo veía que los chicos estaban cada vez más alejándose de las canchas para jugar al básquet sólo entre ellos. Me encanta aprovechar el tiempo y esto me apasiona. Insisto, averiguo y me organizo para resolver situaciones. Veía que en Estados Unidos comenzaban a circular videos de motivación para los chicos y me daban muchas ganas de ir a la cancha a intentar cosas. También cuando fui a Serbia me di cuenta que no podía seguir jugando de ayuda base si no tenía mayor repertorio ofensivo. Ahí fue que me dije que no podía jugar más, con total convencimiento y sin dolor. A partir de eso me dediqué a entrenar a los chicos, sus gestos y técnicas. Así fue que me empecé y me convencí que para ser el mejor tenés que sufrir. Hay que estar pasando frío en Serbia o calor en Mar del Plata, hay que invertir tu sueldo en lo que te gusta y en seguir creciendo en lo tuyo. 

-¿Qué diferencias encontrás entre la escuela serbia y la norteamericana?

. Ellos juegan creando desde el dribling. Todos lo que estudian ellos es individual, la parte técnica y táctica para un esquema. Pick and roll, una salida a tirar, una penetración o un pase, son todas habilidades. Todo el tiempo construyen el juego en ataque, hacen lo básico con una gama de movimientos para resolver rápido. En mi caso, yo trato de potenciar al jugador y tiene que tener un cambio sí o sí. Tiene que mejorar su control físico, su lectura y su juego en pareja. Serbia, Estados Unidos y Argentina poseen distintos métodos y vos tenés que unirlos a todos. Los driles deben tener cambio de ritmo, lectura de espacios y posturas. 

-¿Cómo le decís a un jugador de casi 40 años como Scola que debe mejorar cosas?

. Es simple, desde el conocimiento. Si sos elegido por ellos es por un estudio previo y porque confían en vos. Una vez que ellos confían en vos, tenés que hablar con conocimiento y decirles lo que ocurre. Hay que mostrarles sus debilidades y también sus nuevas posibilidades. Scola logró velocidad, agilidad y técnicas para crear espacios y no chocar tantos, también para resolver de frente al aro y evitar los robos. Cuando vos les decís las cosas ellos se sienten identificados o no, hasta te pueden corregir cosas. Siempre tenés que estar aproximado a la realidad de cada jugador. Por ejemplo, Marcus Morris cambió de posición y se transformó en un alero. Es todo cuestión de poder identificarse con sus debilidades para que aparezcan otras posibilidades tácticas de gol. Sos técnico, asistente y entrenador al mismo tiempo. 

-¿Cuáles son tus expectativas para los entrenamientos que vas a tener con Scola y el Barcelona?

. Siempre voy preparado a todos lados. Primero con Scola para brindarle nuevas posibilidades y escucharlo en cuanto a lo que me pida. Con el Barcelona mi objetivo es crecer y potenciar a los jugadores del club. También formar un equipo de trabajo que sea bueno. Sabía que podía ayudarlos, y me tocará diez días trabajar con ellos para que me conozcan. Estoy listo para este nuevo objetivo. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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