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Cuando Carlos Romano llegó a Atenas, la situación era crítica: el equipo estaba último y lejos del noveno lugar, sin demasiadas ilusiones al final del camino. Sin embargo, de a poco el equipo fue cambiando su imagen con el nuevo entrenador, en lo que el propio Romano califica como "el trabajo más difícil de mi carrera".

A continuación, compartimos nuestra charla con el DT, quien recordemos quedó libre al final de la 2015/16 y por ahora, no se espera que renueve con el club cordobés, que parece haberse decantado por otras opciones.

- ¿Qué te deja y qué balance hacés de tu paso por Atenas?

. Una gran satisfacción como entrenador, haber asumido semejante responsabilidad, en un club con tanta historia en la Liga estando último contando las dos Conferencias. En el Norte estábamos a siete victorias del más cercano, con un 25% de victorias. Creo que se hizo un gran trabajo, porque finalizamos con un 46% de triunfos y por un juego no entramos a playoffs. Fue muy bueno, muy positivo y fue un gran orgullo haber podido sacar a Atenas de semejante situación. Quiero destacar a todo mi cuerpo técnico y médico, porque tuvieron muchísimo laburo. La verdad que colaboraron muchísimo en todo esto.

- ¿Por dónde creés que pasó el cambio más importante del equipo?

. Pasó por el trabajo, la psicologia, poniendo toda mi capacidad para llevar un grupo adelante, sacándoles el mejor provecho individual y colectivamente. Pusimos reglas defensivas que el equipo no tenía o no las realizaba para su beneficio. Cuando tomás un equipo en semejante situación es muy difícil. Pero los jugadores entendieron bien la situación. Era un plantel muy expediente. Mucha gente pensó que no íbamos a funcionar, pero terminamos por ejemplo ganándole a uno de los finalistas en el Sur, como San Lorenzo, corriendo la cancha, bien amalgamados, con todos los veteranos. El trabajo fue intenso, corto, con mucho énfasis en el convencimiento de mis reglas, pero adaptándome a la situación difícil. 

- Fue fundamental esa mejoría defensiva.

. Sí, lo principal fue bajar de 84 o 85 puntos que recibiía el equipo, a 77 o 78. Hay una diferencia muy grande en lo que defendíamos. Después, era un equipo que tenía una ficha extranjera como Sub 23 y se hace más difícil. Al igual que con todos los lesionados que me tocó atravesar. Pero creo que supe aprovechar el momento ideal de cada uno, juntándolos colectivamente, para salir de una situación de las más difíciles que me tocó asumir.

- ¿Pensás que fue el trabajo más complicado que has tenido en tu carrera?

. Sí. Analizando y haciendo historia en lo mio, creo que fue lo más difícil. Porque nos llevaban siete victorias y parecíamos destinados a jugar el playoffs por la Permanencia. Yo tomé 32 partidos y fue clave no sólo ganar de local, sino también empezar a hacerlo de visitante. A mi me tocó Peñarol, Quimsa... pero esta situación fue de las más difíciles. No hay nada que puedas hacer si los jugadores no toman tu convencimiento y creo que tuve aportes esenciales como Lo Grippo, Mikulas, la llegada de Mickeal, al Chuzito poniéndolo en una situación defensiva a la que no estaba tan acostumbrado. Yo le pedía que me contenga al mejor del otro equipo. Nos formamos como un buen equipo, sabiendo el objetivo y las necesidades. En el mejor momento se nos lesionó Torres y hubo que remarla duramente con un plantel muy corto. Pero cuando se achicó el tiempo de trabajo, fuimos muy intensos de cabeza. Tuvimos mucho convencimiento para enfrentar cada juego, porque en todos teníamos la necesidad de ganar. No había otra. Hasta cuando perdimos, jugamos muy a conciencia. Todo fue muy difícil. Los jugadores son los que te dicen, pero también con el convencimiento táctico que le impusimos.

- Más allá de lo táctico, ¿sentís que tu personalidad fuerte ayudó para levantar al equipo desde lo anímico?

. Vos querés que se cumpla dentro del juego, pero la personalidad fuerte hay momentos que la tenés que llevar contra el rival y no tanto contra tu equipo, porque venía golpeado de 11 derrotas consecutivas y el caracter fuerte no hacía falta tanto. Si una psicología individual y particular en cada trabajo. Había que tratar de levantarlos pero sobre todo, no ser blando en reglas ofensivas y defensivas. El caracter para sacar a un equipo de una situación así, lo tenés que alimentar vos mismo todos los días. Porque el jugador, después de la mala primera parte de torneo, es lógico que pierda energía y ahí es dónde tenés que liderar y contagiarlo.