Los dos equipos salieron con el freno de mano puesto. El primer objetivo fue cerrar el camino hacia el aro del rival y lo consiguieron, 5-7. El Panathinaikos, que casi siempre fue por delante en el marcador, aunque por la mínima, fue también el primero en marcar la primera ventaja significativa, 5-9, aunque el Madrid, de la mano del mexicano Gustavo Ayón, reaccionó de inmediato para igualar de nuevo las acciones, 9-9. Mucho era lo que había en juego y nadie quiso conceder el más mínimo margen al rival. Aunque el Real Madrid se las arregló para dar un pequeño empujón y cerrar el primer acto con un 19-14.
En el segundo cuarto, con Ayón imparable, el equipo de Pablo Laso comenzó a dar buenas señales 25-16, aunque el Panathinaikos, con Calathes y James como estandartes del baloncesto heleno, demostró que siempre vuelve. Los griegos de Xavi Pascual apenas necesitaron poco más de dos minutos para firmar un parcial de 2-8 (27-24) que sembró la incertidumbre entre los seguidores del equipo español. Pero en ese momento apareció Sergio Llull en estado puro. Ya estaba en cancha desde el inicio del cuarto y había dado cuatro asistencias e intentado un triple sin éxito, pero eran necesarios sus puntos y convirtió dos triples seguidos para arreglar la situación en 30 segundos, 33-24. El Panathinaikos acusó el golpe y el Madrid se creció en su juego, firmando un parcial de 10-0. Felipe Reyes se sumó a la fiesta con 7 puntos en los últimos cuatro minutos para irse a los vestuarios con 51-35, tras un parcial de 32-21.
El Real Madrid siguió defendiendo, pero mejoró su juego ofensivo y desbordó a un Panathinaikos demasiado ocupado en defender y con pocas armas más allá de James y Calathes, o algún tiro esporádico de Lojeski, ya que los pívotes y el juego aéreo de los atenienses estuvo controlado en todo momento. La ventaja local se amplió a 59-37 a los dos minutos, 22 puntos ante un Panathinaikos que pareció completamente perdido ante el aluvión de juego del Real Madrid. La mayor parte del trabajo ya estaba hecho para el equipo blanco, pero con 18 minutos por delante y un Panathinaikos herido en su orgullo tenía que mantener la forma. Los griegos subieron líneas en defensa, casi fue una presión completa, pero Jaycee Carroll y Luka Doncic sacaron brillo a su tiro, mientras que Ayón, Rudy Fernández y Trey Thompkins pusieron el trabajo atrás.
Con el Panathinaikos en modo remontada, es decir, defensa sin mirar el número de personales y ataque directo (casi siempre con James como protagonista), Laso volvió a dar entrada a Llull para que organizara un poco el pequeño problema en que se estaba convirtiendo el partido, 74-58. Y el base internacional español cumplió, anotando otro triple a falta de seis segundos para el final del tercer cuarto, 78-60.
El Panathinaikos lo intentó por la tremenda: defensa al límite y ataque suicida y los resultados no se hicieron esperar, más por la baja del Real Madrid, 80-72 a falta de 5.30 minutos. Los griegos metieron el miedo en el cuerpo a la hinchada. Al Real Madrid le faltaban puntos en ataque, 2-12 de parcial, y Llull y Carroll salieron para intentar arreglarlo. Con 80-75 y 4 minutos por delante el final feliz que se preveía para el equipo blanco saltó por los aires. Singleton, con 11 puntos en el último periodo, estaba en estado de gracia. Con 2 minutos por delante y 83-79, Felipe Reyes hizo de capitán en todos los sentidos asumiendo la responsabilidad y dando aire al Real Madrid. Como Doncic, con un triple con tablero a falta de 69 segundos, 88-82. El Madrid tomó las riendas de su destino y sacó a relucir su experiencia de campeón para ganar el partido por 89-82 y clasificarse para la Final Four de Belgrado.