F4 Euroliga 2019

Real Madrid, Fenerbahce y CSKA, los dueños de Europa del milenio

12:07 16/05/2019 | Repiten en la F4 por tercer año consecutivo, habiendo ganado un título cada uno. ¿La razón? Altos presupuestos, excelentes entrenadores y clubes sólidos.

Laso, Obradovic e Itoudis

Llegar a la Final Four de la Euroliga no es un proceso fácil, y menos en los últimos años, a partir del cambio de formato, en donde 16 equipos compiten todo el año como una Liga más, con 30 partidos de serie regular. Sin embargo, algunos nombres se repiten. Casi siempre. Tres han dominado la competencia con mucha claridad sobre el resto: Real Madrid, Fenerbahce y CSKA. 

Los españoles, últimos campeones (ganaron también en 2015), jugarán su sexta F4 en siete años, habiendo quedado afuera solamente de la de Berlín 2016. El proceso, marcado por el liderazgo de Pablo Laso, pero también por una continuidad de jugadores (Llull, Rudy Fernández, Felipe Reyes, Carroll), es uno de los más exitosos de la historia del club, el más ganador del torneo (10 copas), aunque no empezó de la mejor manera. 

En 2013 y 2014 perdió la final, ambas de forma traumática, y parecía que el plan Laso iba al fracaso. Pero desde 2015, cuando ganó el título en Madrid después de 20 años (con Chapu Nocioni como MVP de la F4), todo cambió. No estuvo en 2016, pero sí en 2017 (perdió la semifinal) y 2018 (campeón), y repite ahora, siendo uno de los favoritos. El año pasado superó todos los obstáculos: toneladas de lesiones, Llull volviendo recién en los playoffs, cambios en la plantilla y demás. Pero curtió su mente mejor que en cualquier otra opción. Es el presupuesto más alto (42 millones de euros, según la revista francesa Le Mag), pero aquí casi no hay pobres. Y el Madrid ya es una marca establecida. Atrás quedaron décadas de frustraciones. 

Fenerbahce es la última gran aparición europea a partir de la enorme billetera de Turquía en la pasada década (cuarto presupuesto este año, con 30 millones de euros). Su fórmula fue quizá más simple y obvia: llevar a Zeljko Obradovic como entrenador. El serbio, cuyo palmarés dificilmente equipare otro entrenador del mundo de cualquier disciplina (esta será su 19º F4, 18 como DT, de las que ganó 9), es un jugador más. Pesa tanto como eso. Y donde va, está claro que hay que fichar bueno y bien. No hay tanto misterio. Después él le da su toque personal y jerarquiza a todos los jugadores que allí van. Se repuso a las salidas de Udoh y Bogdanovic y aquí esta de nuevo, por quinto año en fila. Fue subiendo: semis en 2015, final en 2016 y título en 2017, para caer en la del año pasado. Llega con ausencias importantes (Datome, Lauvergne) y otros dos tocados (Vesely, Kalinic), pero si algo sabe Obradovic es cómo se juegan estos torneos. Ha puesto a Fenerbahce entre los grandes de Europa y piensa seguir allí. 

CSKA es un caso particular. Su historial es único: 15 presencias en la F4 de las últimas 16. Solo estuvo ausente en Barcelona 2011. Sin embargo, sus éxitos, si bien buenos, no se condicen con esas cifras. Ganó 3 ediciones (2006, 2008, 2016), pero sufrió muchos fracasos. De todos modos, nadie le saca el puesto uno de ser el más importante desde que la Euroliga cuenta este torneo a partir de su separación de FIBA en 2000. Es el segundo presupuesto más alto de Europa (36 millones, igual que Barcelona), porque además le cuesta más llevar a los buenos jugadores a una ciudad difícil como Moscú. De cualquier manera, cada día eso pesa menos y sí lo hace más la historia. Dimitris Itoudis, el más joven de los 3 entrenadores mencionados (48 años), creció al lado de Obradovic en Panathinaikos y hace 5 años maneja al CSKA, donde siempre llegó a la F4. Otro proceso largo que da resultados. Al fin de cuentas, la magia en esto no existe. 
 

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Vitoria, España
En Twitter: @basquetplus

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