Se esperaba mucho de este juego, sobre todo por parte de Quimsa, favorito tanto por la calidad de sus jugadores, como también por su presente. Y el dueño de casa no defraudó, salió con mucha actitud, y sobre todo con personalidad, dejando de lado cualquier presión ante el compromiso de ganar el título ante su gente.
Obras era el rival ideal, por planificación, estrategia y una plantilla con muchos nombres. Pero le costó desde el inicio, padeció la cantidad de pérdidas que cometió, y tuvo que remar de atrás casi todo el partido.
El primer cuarto fue de amplio dominio para Quimsa, bien parado atrás, anulando a los internos rivales con Battle y Tintorelli, y armando un bloque para evitar la carga del rebote ofensivo. En el otro aro fue letal y efectivo, con mucha movilidad y goleo repartido. Así se lucieron García, Battle y Vega, las principales vías de gol del ataque santiagueño.
Como Obras no pudo hacer juego interior, y tampoco estuvo certero en el perímetro, intentó atacar por el eje central, pero falló tiros que normalmente ingresan. Cortando línea de pase y sacando rédito a las pérdidas de su adversario, Quimsa estableció un parcial de 15-0, para establecer una máxima de diecisiete puntos. Lo mejor del local fue matar de contra o trabajar con paciencia las ofensivas bien cerca del aro (61% en los primeros viente), en cambio cuando se apresuró o salió de las cortinas le faltó efectividad.
Obras logró una mejoría en los últimos dos minutos, metió un parcial de 9-2 liderado por Fitipaldo, y con un Aguiar que fue sumando sus primeros puntos. De esa forma el marcador no terminó reflejando las diferencias que existieron en el cuarto: 29-19.
Quimsa siguió marcando el ritmo, ya sea con Nicolás Aguirre o Lucas Pérez, sin importar quien estuviera en la conducción. Bien ordenado y con ejecutores como Battle y García, el dueño de casa se escapó a quince rápidamente (37-22). El buen ingreso de Deck permitió fortalecer la defensa, y si bien se cargó muy rápido de faltas, lo más rescatable es que se convirtió en una pieza importante saltando desde el banco.
Lo había insinuado Safar con un tiro abierto para clavarla de tres, pero el reloj tuvo que correr un poco más para reafirmar la reacción de la visita. Y el artífice de la misma fue el uruguayo Tabarez, quien jugó un cuarto fantástico (7). Con mucho corazón y el gran esfuerzo de Marcos Delía en defensa, el conjunto capitalino bajó la diferencia a diez.
Aguirre con un gran pasaje, se hizo cargo de la ofensiva de su equipo. El base se transformó en el goleador de Quimsa para volver a tomar distancia, mientras Obras seguía apostando por Tabarez, él más seguro de sus hombres en el ataque estacionado. Lo cerró mejor el conjunto de Santander, y fue después de la undécima pérdida de su adversario antes del descanso largo, la que permitió ampliar nuevamente la brecha: 53-38.
El tercer cuarto se inició a puro triple por parte de los dos. Pareció que a Obras finalmente se le abría el aro, pero quedó en la intención. Quimsa se fortaleció atrás, volvió a congestionar la pintura y cubrió los espacios que había dejado libre en el perímetro; y con el tandem Aguirre-Vega-García-Battle, se alejó una vez más en el marcador (llegó a sacar veintiuno).
Cuando el local sacó la máxima, Santander volvió a apostar por la banca. Ese tramo del cierre le dio la chance a Obras de quedar más cerca, y sobre todo mantener sus chances de volver al juego. El ingreso de Zanzoterra le dio más movilidad al ataque, y con ello la diferencia se redujo a dieciseis: 75-59.
Más allá de la mencionada reacción del conjunto capitalino, se hacía impensable suponer que el partido se podría dar vuelta en el último capítulo. El marcador permaneció casi sin moverse por un espacio de cuatro minutos. El problema de Quimsa fue sentir un relajamiento a tanta tensión, y cuando Obras lo vio, buscó meterse en el partido. Ramón Clemente que no había podido hacer su juego en la pintura, fue unas de las cartas del tachero (79-67) restando 5 minutos.
En el peor momento, Aguirre descargó el balón a García, y éste con un triple le dio un poco de aire a su equipo. Sin embargo fue solo eso, porque Obras a pesar del desgaste siguió batallando en cada acción, y recargando el ataque en un Clemente que terminó por meterse en el partido. Con un doble de Aguiar en el poste bajo, el tachero bajó la diferencia a un dígito, poniendo en alerta al conjunto local (84-75) con menos de dos minutos por jugar.
En pleno repunte de Obras, Nicolás Aguirre -el mejor de la cancha- sentenció el partido con dos libres, después de recuperar un balón en la salida de su adversario. De esta forma, Quimsa logró su objetivo, consagrarse por primera vez campeón de un torneo nacional.
Roberto Martín
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