Dallas sumó su tercera derrota consecutiva y sigue sin poder recuperar su forma en la NBA. De visita al TD Garden de Boston, los Mavericks cayeron por un apretado 90-83 ante los Celtics y acumularon su octava caída en diez presentaciones. Los texanos no terminan de encontrar su equilibrio.
Nadie dijo que iba a ser fácil, aunque este inicio lleno de derrotas está golpeando bastante al equipo de Rick Carlisle. Dallas ofreció pelea, mostró algunas buenas facetas defensivas en el segundo periodo y mejoró bastante en el tercer periodo, pero pagó caro un mal arranque de partido y tampoco supo resolverlo bien en los momentos decisivos de cierre.
El argentino Nicolás Brussino ingresó al duelo restando 22 segundos para una presencia prácticamente testimonial en el final del partido. El cañadense, entrando con el juego definido y reemplazando a Harrison Barnes, no arrojó números a su planilla dentro de ese muy reducido tiempo de cancha.
El mencionado Barnes volvió a destacarse, dentro de un arranque de temporada muy positivo desde lo personal pero que no refleja en resultados globales para que el equipo gane. El ex Golden State fue el líder ofensivo de los Mavs con 28 puntos, mientras que Wesley Matthews sumó otros 22 tantos.
El destacado del juego fue Isaiah Thomas, quien se despachó con 30 puntos anotando 22 de esas unidades en último cuarto. Boston basó su victoria en él, subrayando el interesantísimo dato de que el jugador convirtió 20 de últimos 24 puntos que anotaron todos los Celtics sobre la recta final del partido.
El aporte de Thomas fue clave, sobre todo en el momento más alto de la recuperación de Dallas que llegó a estar arriba por cuatro tantos (70-66) restando 6m15s. Allí llegó una racha anotadora del base, que anotó los siguientes 13 puntos de Boston y dejó al dueño de casa arriba nuevamente por 79-76 a falta de tres minutos. Los Celtics no soltaron más la delantera del marcador y, a pesar del empuje y la voluntad de Dallas, la victoria quedó en manos locales.