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Ganar el juego 1 en una serie por el título no garantiza nada, pero la historia muestra que suele marcar el camino. En las 77 Finales disputadas hasta hoy, 54 equipos que arrancaron con una victoria terminaron levantando el trofeo. Es decir, el 70% de los campeones empezaron con el pie derecho.

En ese contexto, el golpe que dio Indiana en Oklahoma City cobra aún más valor. No solo se impuso en el estreno, sino que lo hizo como visitante, un terreno en el que pocos han sabido prosperar: de los 19 equipos que robaron el primer partido fuera de casa, apenas 9 lograron coronarse. Un porcentaje (47%) mucho más desafiante que cuando el local pega primero, ya que en ese caso la tasa de éxito sube al 78% (45 de 58).

El triunfo de los Pacers, entonces, no es solo un envión anímico. Les permite recuperar la ventaja de localía y les da respaldo histórico en una serie que promete ser pareja. Como referencia reciente, los Celtics también comenzaron con una victoria en casa en 2024 y se consagraron campeones. Pero para encontrar a un visitante que haya ganado el Juego 1 y luego la serie, hay que retroceder hasta 2004, cuando Detroit sorprendió a los Lakers de Shaq y Kobe.

Arrancar arriba en las Finales no es definitivo, pero sí muy revelador. Si Indiana logra sostener su rendimiento ante su gente, puede empezar a soñar en serio con su primer anillo. La estadística los respalda, y el primer paso ya lo dieron.