Pau Gasol cuenta cómo viven los jugadores los días previos al límite de traspasos
15:11 11/02/2019 | El mercado de invierno se cerró y siempre deja tela para cortar. Esta vez el que se expresó fue Pau Gasol, aún jugador de los Spurs, y explicó "la lógica de los traspasos NBA".
El jueves pasado se cerró el mercado de fichajes y traspasos de la NBA. Un día de vértigo en el que unos pocos equipos pelean hasta el último minuto para reforzar sus plantillas y conseguir esas piezas decisivas que pueden condicionar sus opciones para optar al anillo. También es verdad que la gran mayoría de traspasos ocurren por motivos financieros, con el objetivo de liberar espacio salarial para próximas temporadas y hacer honor a la frase que aquí se utiliza mucho y con la que posiblemente estéis familiarizados: It's a business.
El llamado trade deadline - que este año ha coincidido con el 7 de febrero a las 21:00h (hora peninsular)-, es siempre un momento determinante en el que, pasada la mitad de temporada, los equipos buscan esos cambios necesarios para cumplir sus objetivos a corto, medio o largo plazo, dependiendo del momento en el que se encuentre la franquicia y la dirección que decida tomar. En un solo día pueden cerrarse decenas de operaciones y las plantillas pueden variar sustancialmente. Sin ir más lejos, durante la temporada 2018-2019, el número de traspasos de jugadores ha alcanzado la cifra de 82. Nada mal si tenemos en cuenta que la gran mayoría - más de un 60% - se realizan en las últimas 48 horas antes del cierre.
Diferencias
Y es que la NBA tiene sus propias reglas que la convierten en un ente en constante movimiento más allá de lo que ocurre dentro de la pista y la diferencian en gran medida del funcionamiento de las grandes ligas europeas. Comparándola con el fútbol en Europa, podemos hablar de diferencias empezando por los períodos de posibles cambios de equipo: en Europa, el mercado de fichajes prevé dos momentos (mercado de invierno y de verano). En la NBA, el mercado se abre en julio y termina la primera semana de febrero.
Inicialmente, el foco se establece alrededor de la agencia libre, es decir, en la negociación de los jugadores que han terminado su contrato y quieren considerar un cambio de equipo -aquí también se mide la habilidad de los agentes de los jugadores para negociar los mejores contratos con las franquicias -. En este punto, podemos señalar una similitud ya que, con la introducción de la Ley Bosman en 1995, los jugadores de las ligas europeas que finalizan contrato pasan a ser agente libre, con derecho a negociar libremente su fichaje por cualquier otro equipo.
Otra de las grandes diferencias es el tipo de acuerdos que se establecen. En la NBA, la mayoría de jugadores tienen un contrato garantizado. Esto significa que, en el caso de ser traspasados a otro equipo, el contrato se mantiene intacto a no ser que el equipo que lo recibe y el jugador acuerden un "buyout" o rescisión de contrato en el que el jugador perdona parte del dinero de su acuerdo a cambio de convertirse en agente libre -lo hemos visto en el caso de Zach Randolph o Wesley Matthews-. Por contra, en las ligas europeas, el acuerdo es siempre entre el jugador y el club, y cualquier movimiento a otro equipo comportará una renegociación de condiciones.
Por lógica, está claro que la dinámica de traspasos es diferente en ambos casos. En Europa, un traspaso implica un acuerdo entre dos clubes, además del consentimiento del jugador. El club interesado pacta con el del jugador una cifra determinada en concepto de traspaso de forma que el primero adquiere la ficha del jugador y acuerda con él un nuevo contrato. En la NBA, los traspasos es un tema que compete únicamente a las franquicias sin que el jugador tenga -teóricamente- ni voz ni voto.
Los traspasos son siempre momentos difíciles de afrontar por la incertidumbre que generan, sobre todo desde el punto de vista del jugador. No sólo porque deportivamente suponen un reto adaptativo importante sino porque en la mayoría de casos comportan un cambio a nivel personal, que afecta especialmente a aquellos jugadores que tienen familia. Hoy estás jugando en una ciudad y mañana coges un avión para vestir la camiseta de otro equipo con apenas una maleta y pasando a vivir en un hotel hasta que encuentres una vivienda, normalmente de alquiler, durante el resto de temporada.
No obstante, los traspasos también son momentos de oportunidad. En mi caso, el traspaso de los Memphis Grizzlies a Los Ángeles Lakers supuso un punto de inflexión en mi carrera que me llevó a conseguir los dos anillos de campeón. Aún me acuerdo de esa tarde: me llamaron a la oficina del general manager de los Grizzlies y me dieron la noticia. Recuerdo quedarme en estado de shock y de no creerme lo que me acababan de decir, no asimilar lo que conllevaba. Me duché, porque justo terminaba de entrenar, y recuerdo estar casi temblando con un huracán de emociones que me removían por dentro. Era la sensación de estar cerrando una etapa para empezar otra de manera muy rápida: en unas horas tenía que estar en un avión para irme a Los Ángeles a pasar la revisión médica. Después de 6 años y medio jugando y representando la ciudad de Memphis, de pronto, en medio de una temporada, se abría la posibilidad de jugar en una de las franquicias más históricas y alabadas de la liga, los Lakers de Jerry West, de Kareem Abdul-Jabbar, de Magic, de Kobe Bryant.
Oportunidad para Marc
Uno de los traspasos más importantes de este año ha sido el de mi hermano Marc, que después de más de 10 temporadas en los Grizzlies, va a jugar con uno de los equipos con opciones reales a romper la hegemonía de los Warriors. Estoy muy ilusionado por él ya que Toronto es un gran equipo lleno de talento, y supone una oportunidad estupenda para seguir creciendo como jugador y a la vez luchar por ganar un anillo. Siempre estaré agradecido a la franquicia de Memphis por habernos dado la posibilidad de seguir nuestras carreras en equipos de referencia, tanto en el caso de mi hermano ahora, como en el mío en su momento.
Sea como sea, cualquier jugador de la NBA debe aceptar la realidad de los traspasos como parte natural del funcionamiento de esta liga. Hay que estar dispuesto a cambiar la rutina de un día para otro y estar listo para competir con todo lo que supone: adaptación a la dinámica del nuevo entrenador, integración como parte del equipo, ganarte la confianza de un nuevo grupo de compañeros... Y lo que es más importante, asumir la filosofía de la franquicia y hacerte tuyo el objetivo hasta, al menos, el final de temporada. La capacidad rápida de adaptación, la madurez, la humildad y la ambición del jugador, serán claves para el éxito del aterrizaje en su nuevo destino.
Yo en mis 18 temporadas en la liga sólo he sido traspasado una sola vez. Buena señal.