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Oklahoma se hizo fuerte en su casa y ante su gente, no sin antes haber sufrido hasta el último segundo. La victoria 115-113 ante Houston le permite al Thunder mirar la serie con otra perspectiva de cara a lo que se viene. Sin embargo, estuvo muy cerca de haber caído en el hoyo 0-3. Si entraba el último triple de Harden, la historia hubiera sido totalmente diferente. Esta es la magia de los playoffs.

Uno de los factores más importantes de la victoria de OKC es la cantidad de puntos de contra ataque que metió, 19 en contra de apenas 4 del rival. También fueron mejores en el rubro robos (8 contra 4) y en la efectividad de campo, tanto en dobles como en triples. Esto le permitió al local estabecer una ventaja, por momentos, de 15 puntos, la cual pudo limar Houston en el último parcial hasta un punto en el que casi se lleva el juego.

El trámite del partido fue muy parejo, con un cuarto por lado en el que los respectivos equipos pudieron imponer su juego de forma más consistente. El primer período fue para Oklahoma, que salió a la cancha muy concentrado y con todo el empuje de la gente, lo que generó que el local sacara las primeras diferencias: 34-25.

En los siguientes dos cuartos primó en ambos lados el juego de posesiones cortas y muchos puntos, pero ninguno pudo establecer diferencias considerables. Pero en el último parcial la historia fue distinta: los Rockets comenzaron a defender mejor, no permitiendo tantas facilidades a OKC. De esta manera comenzó de a poco una remontada que pudo haberse transformado en victoria, pero Harden falló un triple en el último segundo y eso decretó la victoria 115-113 del Thunder.

La figura del dueño de casa fue el mismo de siempre, Russell Westbrook. La figura de Oklahoma configuró un triple doble a partir de sus 32 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias, números que acompañó con tres recuperos. A su vez, estuvo bien secundado por los 20 puntos de Taj Gibson. En contrapartida, en los Rockets el más destacado volvió a ser James Harden, como consecuencia de sus 44 puntos, 6 rebotes y 6 asitencias.

El Barba Harden, así como todo el equipo de los Rockets, se quedó con la sangre en el ojo tras haber fallado en el último tiro, el que podría haberlos encaminado a la siguiente ronda. Pero la revancha no se hará esperar, ya que el cuarto juego de la serie se llevará a cabo mañana a las 16:30.