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Bravo, furioso, indomable. Andrés Nocioni tuvo un domingo de muchas emociones en el clásico entre el Barcelona y el Real Madrid. Más allá de la derrota de su equipo por 85 a 75, dolorosa como toda caída ante un clásico rival, tuvo varios roces con Tyrese Rice en el transcurso del partido. Y el último choque lo dejó fuera del juego debido a la expulsión por acumular dos faltas técnicas. Había marcado 10 puntos en 10 minutos.

Pero, más allá de la sanción disciplinaria, el alero se había ido al medio tiempo con la bronca acumulada por estar perdiendo por 16 puntos (49 a 33).

El mensaje fue claro hacia sus compañeros. Ineludible alusión y muy característica de un emblema de la garra y la pasión dentro de la cancha de básquet. Nocioni al cierre del primer tiempo fue simple, claro, sin preámbulos ni eufemismos: “Sólo tenemos que venir con más ganas. Nada más”. La nota finalizó de inmediato. No  podía haber sido una mejor declaración de un jugador que no tiene lugares comunes ni discos para responder una pregunta.

Es que la sangre caliente del Chapu siempre ha sido su carta de presentación y, ya con toda la trayectoria deportiva a cuestas, puede darse ciertas licencias.

Sin embargo, el entrenador del Real Madrid, Pablo Laso, también concluyó la tarde con más enojo en la rueda de prensa: “Me voy cabreado y disgustado. Para jugar contra grandes equipos hay que hacerlo mucho mejor".

El domingo le dio un doble golpe al Real. Con esta derrota, perdió el invicto y la punta de la Liga ACB a manos del Iberostar Tenerife que jugó un partido más y también perdió uno solo en la temporada. Además, el Barcelna emparejó la línea del conjunto de la capital española con el triunfo.