En un número olímpico, tenía que ser un olímpico el actor principal de esta sección, y elegimos a Sergio Hernández, uno de los tipos más identificados con un club, como es su caso con Villa Mitre de Bahía Blanca.
“Villa Mitre fue mi patio. Yo vivía a la vuelta del club y cualquier minuto libre que tenía me iba ahí. Y tengo una historia muy particular. Yo me entrenaba muchas veces con los equipos, pero no me gustaba formar parte de un equipo para jugar. Supuestamente era una inseguridad mía. Era chico, 10-11 años. Entonces cuando llegaba el momento del partido, me iba. No me podían convencer. Los domingos me levantaba como cualquier chico que iba a jugar un partido, y me iba a la cancha a ver el partido solo en la tribuna. Hasta que a los 13 años encontré un grupo que me gustó y no paré más. El club era otra cosa. Ahí la pasaba súper bien. Y hacía de todo. Todo el día. En el verano la pileta".
-¿Todo qué es?
. Deportes informales. En el playón se armaban picones de fútbol donde por ahí estaba el 9 de la primera local, el Cati De la Canal u otro. Era raro. Jugué bochas...folclore. Nos subíamos por los techos para pasar de la cancha de bochas a la de básquet.
- Tu familia estaba muy ligada al club.
. Mi viejo fue presidente 4 años.
- Vos fuiste entrenador ahí.
. Sí, había dirigentes que estaban locos entonces cada vez que echaban a un entrenador me ponían a mí. Una vez echaron al Huevo Sánchez y quedé yo. Con 18 años. Y jugaban extranjeros eh. Ipucha, Segal, López, Fleitas. Hay una anécdota tremenda de esa vez. Huevo tenía buena relación con Fleitas, y jugábamos contra Pacífico de Richotti, Bellegia, etc. Y yo tenía que dar la charla técnica. Y Fleitas me dice, “antes que empieces con la charla, ¿vos estás acá porque te sentís capacitado o porque te obligaron los dirigentes?”. Imaginate yo, con 18 años. Y salta Raúl López y le dice, “Fleitas, el entrenador ahora es él y lo que diga se hace, ¿está claro? Si no te gusta, te vas”. Raúl era malo como una araña. Después, al poco tiempo, me fui a Bahiense, pero mi club es Villa Mitre. De hecho, me siento en deuda.
- Siempre se habla que Villa Mitre es un país aparte. ¿El de Villa Mitre es de Villa Mitre o de Bahía?
. Ahora lo veo diferente, pero en ese momento era de Villa Mitre. Del otro lado de la vía, como decimos nosotros.
- Además, cuando uno habla del barrio Villa Mitre, inevitablemente lo relaciona al club.
. Sí, el club es la capital del barrio. Es un club que lo representa. Porque además es un barrio muy grande, que debe tener mínimo 40.000 habitantes. Tiene su propia vida. Es el único así en Bahía. Y el que es de Villa Mitre lo es a morir. Lo lleva en la piel. Es muy pasional. A Villa Mitre ha ido a tocar Sandro. Fiestas populares que llevaban montón de gente.
-¿Qué te dio el club, sin caer en un lugar común, que veas hoy en tu persona?
. La sociabilidad.
- Muchas veces el club cumple esa función, más que la escuela.
. Sí, porque en la escuela hay más discriminación, en cambio en el club no. Porque si no te destacabas con un deporte, por ahí eras bueno en las escondidas, o corrías más rápido, o eras gracioso. Siempre había algo para destacarse. El club te daba muchas chances de inclusión. Y encima tus viejos se quedaban tranquilos de que vos estabas ahí. Te da una familia más.
-¿Por qué creés que no atrae tanto hoy?
. Primero es muy atractivo estar hoy en tu casa. Tenés mil canales, play station, la tablet, el wasap, la compu...los chicos no se juntan muchas veces, salvo quizá como previa un fin de semana. Ahora tienen una dinámica donde se relacionan de otra manera.
-¿Te duele?
. Lo entiendo y lo acepto. Me gustaría que fuera diferente. El club sigue cumpliendo la función de socializar, aunque menos que antes.
- Antes decías que te sentías en deuda, ¿cómo podrías saldarla?
. Como entrenador no, pero de alguna manera. Soy entrenador y quizá pudiera colaborar en lo formativo. Siento que me podría acercar más de alguna manera. Yo siento mucho cariño por todos los clubes en los que estuve, pero Villa Mitre es mi piel.