NBA

Los Knicks que casi logran el milagro

23:47 11/06/2020 | Se cumplen 21 años de la clasificación de la franquicia a las Finales a pesar de ser el octavo de la Conferencia Este.

Los Knicks en los playoffs de 1999. (Foto: Getty Images/AFP)

En la famosa temporada del lockout de 1998/1999, la NBA se encontraba ante la búsqueda de una nueva historia para vender el producto de la competencia. Con el retiro de Michael Jordan y la disolución de la dinastía de los Chicago Bulls, era necesario volver a construir un relato digno de la magia del deporte. Fue entonces cuando aparecieron los New York Knicks, el equipo que estuvo a punto de ser campeón luego de entrar por la ventana a los playoffs.

La campaña contó con nada menos que 50 partidos por franquicia, por lo que la chances de encontrar el rendimiento adecuado se vieron aún más reducidas que de costumbra. Para los de la Gran Manzana, eso fue un gran problema: llegaron a los 27 festejos luego de ganar seis de los últimos ocho partidos y eso apenas les alcanzó para entrar a la postemporada en la última posición de la Conferencia Este. Lo que vino después es recordado como uno de los momentos más felices en la historia reciente de la institución.

Contra todos los pronósticos, eliminaron al Miami Heat en la primera ronda luego de que Allan Houston anotara el tiro ganador en el quinto y definitivo encuentro de la llave. Luego, desbloquearon su máximo potencial en las Semifinales del Este al barrera a los Atlanta Hawks. Ya en las Finales de Conferencia se hicieron fuertes ante un plantel de Indiana Pacers que era considerado el máximo candidato a quedarse con el título. En el tercer cruce, Larry Johnson completó una jugada de cuatro puntos (triple y falta) cuando los Knicks estaban tres por debajo y les dio la victoria.

Cerraron la eliminatoria un día como hoy, convirtiéndose en el primer (y hasta el momento único) octavo clasificado en llegar a las Finales de la NBA. Eventualmente, los San Antonio Spurs quebraron esa narrativa y levantaron el trofeo por primera vez. Sin embargo, nadie en New York olvida aquellos tiempos en los que entre el asombro y la tenacidad se permitieron creer.

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