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Los 80 están viviendo su época de máximo esplendor. Alegría, verborragia y libertinaje. Creatividad, emoción y ansiedad por lo que estaba por venir. En medio de todo eso era la marca Converse la que dominaba el mercado de zapatillas en la NBA. Todas las estrellas las usaban. Todos querían tenerlas. Magic Johnson y Larry Bird, abanderados de la liga en ese entonces, eran las caras visibles y en las publicidades siempre aparecían con sonrisas y sosteniendo los calzados. 

Nadie esperaba que un chico de North Carolina lo cambie todo, pero en 1984, tras una serie de disputas en las que su propia madre tuvo que intervenir, un imberbe Michael Jordan firmó con NIke. Las expectativas de la marca no eran altas y esperaban ganar tres millones de dólares para el cuarto año. Sin embargo, en el primer año tuvieron ganancias de 126 millones. Una verdadera locura. 

Las primeras zapatillas de Jordan, las Air Jordan 1, eran revolucionarias y prohibidas. En una etapa en la que los calzados negros estaban vetados en la NBA, Michael se reveló y las utilizó en un partido de pretemporada antes de debutar de manera oficial. Inmediatamente después no las volvió a portar hasta el torneo de volcadas del All-Star de 1985. Para ese entonces, la marca había pasado de manera holgada a Converse y el futuro era de Nike.

Las campañas publicitarias con Spike Lee fueron clave y, antes de las Jordan, nadie se animaba a utilizar zapatillas de básquet para andar por la calle o salir a tomar algo. Ese impacto primario fue tan grande que hasta el día de hoy se mantiene aquella tradición y actualmente es común ver a personas alrededor del mundo con calzados de la marca, sean o no jugadores/as y estén o no en una cancha. 

La marca Jordan dentro de Nike fue tan grande que en 1997 los directivos decidieron lanzarla de manera independiente. Ícono cultural, pero también máquina de hacer dinero, la venta de zapatillas de Jordan Brand, según el portal Financial Review, generaron tres mil millones de dólares entre mayo de 2018 y mayo de 2019. 

Actualmente, un par de zapatillas Jordan clásicas puede costar entre 50.000 y 870.000 dólares, dependiendo de si fueron utilizados por el propio Michael o si se tratase de una simple reedición. Por si eso fuera poco, la marca también continúa sacando nuevos modelos y firmando a jóvenes atletas para que vistan sus remeras, calzados y accesorios. 

Nació en 1984 y se mantuvo hasta el presente. Nadie lo esperaba, pero Michael era el mejor de todos dentro y fuera de la cancha. Negocios, bienes materiales, pero también inmateriales. Jordan es símbolo y sus zapatillas un ícono. Cultura pura, subjetiva y esencial. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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