La derrota final no debe empañar un progreso colectivo. La Selección Argentina U18 perdió en la final de los Juegos Odesur ante Paraguay y se quedó con la medalla de plata. Fue 71 a 68 en un partido muy parejo, que se resolvió por detalles. Los dirigidos por Maxi Seigorman perdieron frescura cuando la presión creció y, si bien estuvieron muy a la altura del desafío, terminaron cayendo. Pero no es más que un tropezón. La evolución de la camada esta vez fue tangible y genera ilusión de cara al FIBA Américas U18 de Canadá, donde en pocos días el plantel se estará jugando la clasificación al Mundial U19 del año proximo.
Argentina comenzó el juego con una displicencia novedosa respecto de sus anteriores actuaciones, como si los chicos estuvieran sobrepasados por el contexto y también por la inexperiencia respecto del rival, que presentaba jugadores con largo recorrido como Peralta o Zanotti. Y obviamente ese inicio titubeante lo pagó caro, porque rápidamente se encontró abajo por 14 (17 a 3 en cuatro minutos).
No obstante, y sin perder la paciencia, el conjunto argentino volvió al partido. Farabello ingresó con puntos y criterio y Giordano asumió el liderazgo ofensivo (nueve puntos en la primera mitad). A la vez, la defensa dejó de ser pasiva y desde ese argumento, los chicos pudieron aprovechar las transiciones y desnudar defectos de los guaraníes. Así, Argentina logró cerrar con una desventaja de tan solo tres al descanso (36-33), recuperando confianza y también demostrando que iba a pelear, aún sin la inspiración de otros juegos.
Ya en el complemento, la Selección tomó el comando por primera vez en el juego (doble de Caffaro para ponerse 39 a 38 arriba a falta de 7’33”) y de allí en adelante sería todo un escenario de absoluta paridad y tensión, con mejores pasajes de los U18, gracias a sus distintas variantes ofensivas y una intensidad propia de la edad. Pero fue la edad también, la que jugó una mala pasada cuando el desenlace se acercaba y la presión de llevar el peso del juego pasó a ser factor. Argentina ganaba 68 a 65 a 1’30’’ del final. Y no pudo anotar más. Un triple de Peralta a falta de 24’’ le dio la ventaja a los paraguayos (69 a 68) y más tarde dos libres de Zanetti permitieron estirar la diferencia a tres. De la Fuente tuvo la oportunidad para empatar con cuatro segundos en el reloj (recibió falta mientras tomaba un triple), pero falló todos los libres. Sería absolutamente injusto castigarlo: gracias a su tremendo empuje (entre otros argumentos, obviamente), el equipo llegó adonde llegó tanto en 5vs5 como en el 3×3.
La medalla de plata, que por unas horas, tendrá gusto a poco para el grupo, pasará a cobrar trascendencia con el correr de las horas. Porque este conjunto de adolescentes peleó mano a mano contra hombres de muchísima más experiencia. Y porque, al fin y al cabo, el objetivo central del equipo es el FIBA Américas U18 de Canadá. Allí la Selección se jugará el pase al Mundial, en uno de los certámenes continentales más parejos de la década, al menos en los pronósticos previos.