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Donovan Mitchell fue uno de los novatos más deslumbrantes de la última temporada, no solo por su capacidad anotadora, sino sobre todo por su fuerte mentalidad como para hacerse cargo de un equipo que le otorgó un rol principal. Así, como figura importante de Utah, fue una de las piezas que motorizó la llegada de la franquicia a los playoffs, en donde el rookie volvió a dar otro salto de calidad para captar la atención de todo el planeta básquet.

Culminó su primera temporada profesional con 79 partidos disputados y con unos números superlativos: 20.5 puntos, 3.7 asistencias, 3.7 rebotes, 1.5 robos y 33.4 minutos en cancha. Su forma para jugar al básquet es inusualmente sólida para un chico de 21 años, pero está claro que no es casualidad si se conoce la forma de pensar de un chico que llegó a la NBA para pisar fuerte en la competencia.

Un concepto que brindó en el sitio web del entrenador Bob Walsh resume su mentalidad y la fórmula de su éxito: ni más ni menos que escuchar y aprender de los buenos ejemplos. "He visto a muchos chicos que deberían haber sido estrellas, pero que no escuchaban. Había chicos de la AAU (Amateur Athletic Union) con los que crecí jugando que eran diez veces mejores que yo, pero no escuchaban. Era la tónica habitual. No escuchar, hacer las cosas por su cuenta y ser engreídos. Así que mi respuesta era ‘no puedo hacer este tipo de cosas. No puedo ser como estos chicos’. Mi deducción es que los chicos más mayores saben más. Ellos ya han estado aquí y ya lo han hecho antes. Así que para seguir teniendo éxito, debo escuchar. Quizás no oiga siempre lo que quiero oír, pero seguro que sí es realmente lo que necesito escuchar. Creo que eso lo desarrollé durante mi infancia; con mi madre diciéndome mil veces que tenía que escuchar", dijo el joven, muy maduro por cierto.