Kris Dunn y el camino más duro hacia la NBA
12:35 27/09/2020 | El actual jugador de los Chicago Bulls tuvo muchos problemas familiares durante su infancia y tuvo que superarlos para sobrevivir.
Cuando Kris Dunn era apenas un niño, ni siquiera soñaba con jugar en la NBA. No tenía tiempo. En esos momentos, debía hacer lo posible para conseguir comida y no morir en el intento. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y el desamparo. ¿La razón? Él y su hermano quedaron solos cuando tenían nueve y catorce años, respectivamente.
Para entender su historia hay que remontarse a 1995, un año después de que el menor de los Dunn naciera. Pia James, su madre, decidió escaparse de su esposo John Seldon sin razón alguna. Ella, Kris y su otro hijo Peter se mudaron a Virginia, en donde trataron de construir una nueva vida sin una figura paterna. Sin embargo, los problemas de Pia comenzaron a sabotearlo todo: robaba, consumía drogas y, muchas veces, no volvía a su casa por varios días.
Para los pequeños ya era normal estar sin ella por largos períodos, pero jamás se imaginaron que no la volverían a ver. Su madre fue encarcelada por varios delitos y ellos, sin saber dónde estaba su padre ni que él supiera dónde estaban ellos, decidieron que lo mejor sería arreglárselas por su cuenta. No querían caer en un reformatorio y correr el riesgo de separarse. Y, para evitar eso, comenzaron a hacer lo posible para subsistir: vendían su ropa y apostaban en la calle para ganar dinero. No podían pagar los impuestos, así que tuvieron que aprender a vivir sin luz, gas ni agua. Utilizaban velas, se bañaban en la escuela y trataban de exprimir al máximo todas las oportunidades que se les presentaban.
Pero John siguió buscándolos. Un día, en una boleta del teléfono, encontró un número relacionado a su exesposa y decidió llamar. La persona que contestó le contó la historia de Pia y le dijo dónde podía encontrar a sus hijos. Él no dudó ni un segundo: salió a toda velocidad con su auto, enfocado en recuperarlos. Al superar la máxima en una autopista, fue parado por un policía. Él le contó todo lo que había sucedido y el oficial lo entendió, así que pudo continuar su camino. Cuando abrió la puerta del departamento en el que los niños vivían, Kris le preguntó a su hermano: “¿Quién es este señor?” Contestó que era su padre y ambos rompieron en llanto.
Tras el reencuentro, John llevó a sus hijos otra vez a Connecticut. En esta ocasión, para vivir con él y su nueva familia. Al ser casi desconocidos, la relación con Kris era bastante tensa. Pero, como padre, sabía perfectamente cuál era la forma de cambiar eso: el deporte. Lo incentivó a inscribirse en un secundario y a jugar al básquet. A partir de ese momento, su carrera no tuvo escalas. El joven pasó de apostar para poder comer a ser una estrella emergente.
En poco tiempo, se convirtió en un McDonald’s All-American gracias a sus actuaciones en el secundario New London y muchas universidades se interesaron en él. Las mejores y más prestigiosas, pero nada de eso importó. Dunn tenía en claro que lo único que necesitaba era a alguien que entendiera su pasado. Y Ed Cooley, entrenador de Providence, era la persona indicada. Su historia de vida era bastante similar a la del futuro jugador de la NBA: no conoció a su padre y sufrió una infancia llena de problemas económicos. Aquel nexo fue la clave de todo.
Sin embargo, la fama no hizo que sus problemas desaparecieran. Muchos de estos se presentaron en forma de lesiones, como las que lo marginaron de la mayoría de los juegos durante sus primeras dos temporadas universitarias. Sin embargo, ninguna limitación física se podía comparar con la noticia que recibió en diciembre de 2013. Durante una clase, recibió un mensaje de su hermano: “Mamá ha muerto.” El golpe fue muy duro, pero Dunn logró reponerse enfocándose en el deporte y los estudios.
En la campaña 2014/2015, se transformó definitivamente en una estrella del básquet universitario. Fue el Mejor Jugador y el Jugador Defensivo del Año en la Big East Conference. Muchos analistas lo ubicaban entre los primeros puestos del Draft 2015, pero Kris eligió quedarse un año más en Providence. ¿Por qué? Porque no tenía pensado irse de la universidad sin recibirse. Y lo hizo: consiguió un grado en Ciencias Sociales.
Finalmente, la NBA llegó. Fue seleccionado en el puesto 5 del Draft de 2016 por Minnesota. Y a pesar de que sus primeros años con los Timberwolves no fueron buenos y que al llegar a Chicago no encontró la regularidad que esperaba, esta temporada Dunn demostró que pertenece a la liga y que puede seguir creciendo. Pero, aún más importante, que por más duro que parezca el camino siempre hay recompensa al final de él.
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