“Y en un instante de conciencia y luz, unos años después de la exposición y el blanqueo de mi problema con la cocaína ante mi familia, tomé la decisión más importante de mi vida. El 2 de febrero del 2012, exactamente veinte años después de aquella madrugada con mi madre en la vieja cocina, hacía lo que realmente necesitaba. Acompañado por quienes querían verme bien, ingresaba a Aylén”. Abdala, J.A. (2018). Crónicas de lo NO-DICHO
En Junín y dentro del ambiente del básquet, Juan Antonio Abdala era reconocido, a mediados de los 90 y principios del 2000, como un ala pivote de entrega absoluta, símbolo de Argentino, donde creció y festejó en el Fortín de las Morochas varios ascensos. “El Turco”, así le dicen desde chico, fue protagonista importante cuando desde el Regional, su equipo subió a la Liga C, después a la B para luego explotar con el histórico ascenso al TNA. Sin embargo, atrás de ese jugador ídolo de muchos, el hombre vivía otra realidad que pocos conocían o se atrevían a ver. La adicción a las drogas lo llevó por un camino oscuro, que lo lastimó a él y a su familia de amores y silencios. De todo este tiempo, entre básquet, drogas y posterior terapia, nació 'Crónicas de lo NO Dicho': “la idea de escribir un libro aparece después de este tiempo de rehabilitación, de toma de conciencia, de descubrirme. Regresé a Junín después de seis años, encontré un increíble bienestar, y decidí transmitir el testimonio a través de este libro”.
- ¿Qué cosas pasaron en vos, qué sentimientos tuviste mientras escribías tu historia?
. Mientras lo escribí pasé por un montón de sensaciones. Pasé de estar ansioso a estar feliz, también no tener ganas de escribir. Traté de hacerlo siempre con responsabilidad porque sabía que estaba transmitiendo un mensaje que podía ayudar a otro. Lo principal fue enamorarme del camino y no del resultado. En general el sentimiento fue de alegría.
“Crónicas de lo NO Dicho” es un libro de fácil lectura pero fuerte, que impacta, que transmite, que muestra una realidad posible en el deportista: “Lo destacado es el testimonio. Es claro el mensaje de hablar, NO Dicho viene de adicto, adicto significa no hablar. Ese sería el punto de inflexión, la comunicación, poder hablar. Tomar conciencia del problema, los patrones de conducta negativos que vamos adquiriendo cuando nos drogamos, que la droga es una consecuencia de un montón de cosas que nos van pasando. Entender que todos tenemos problemas y no importa lo que nos pasa, sino qué hacemos con eso que nos pasa”.
Abdala escribió desde chico y sus historias tenían que ver con la mística, con su barrio, con su ciudad. “Siempre pensé que podía escribir un libro pero no pensaba que ésta podía ser su temática”.
El ex jugador habla de su vida con total naturalidad, la enfrenta, la cuenta: “el pasado lo divido en dos partes; una feliz, con una familia unida, con amigos de un club de barrio hermoso, cumpliendo el sueño de ganar todo en donde nací, con una despedida emocionante (Argentino le puso su nombre a una tribuna del estadio y retiró su camiseta). La otra parte es triste, difícil y oscura junto a la droga”. Ahora la historia es otra y Juan Antonio se siente distinto: “Uno de esto no se cura, se rehabilita. Hoy me siento con bienestar y tengo herramientas para mantenerme, la terapia te da esas herramientas. Esta es una lucha diaria y el libro me ayuda a sostenerme, a estar firme. Nunca en mi vida sentí tanta libertad, no la libertad de mochilero en la ruta, sino la verdadera libertad de poder elegir lo que quiera. Soy y me siento un hombre libre”.
Juan Antonio arrancó a los 5 años a jugar en Argentino y, más allá de pasar por otros equipos en su carrera, el club de las Morocha fue todo para él. “El básquet fue mi familia, el barrio, contención, mis amigos, compañeros; y Argentino fue, es y será todo para mí. Pero también viví cosas malas en paralelo como la creación de un personaje en el básquet. Eso debe estar bien claro en los chicos, hay que tener los pies sobre la tierra y que el personaje no nos devore. Yo fui el pibe del barrio que ganó cosas importantes con el club de mis amores, cumplí el sueño de mi vida, y todo eso fue contraproducente para mí, el básquet me ayudó a crear ese personaje que no supe, ni pude manejar”.
“El Turco” cuenta que tuvo una vida “relativamente normal, con una familia unida, con amigos de verdad desde la infancia, con educación. Creo que más allá de que el consumo por momentos fue esporádico, a partir del 2007 al 2012, fue en caída libre, a tal punto que llegué a decirle al técnico que me bancara porque terminaba el torneo y me iba a internar. Le escondía a mis amigos que estaba viviendo un infierno, llegando a situaciones extremas de no ir a entrenar, o de llegar drogado al entrenamiento ante la mirada de mis compañeros. Fue muy penoso ese momento, difícil, la estaba pasando muy mal. El mensaje es que la droga es absolutamente negativa para el deporte”.
- ¿Qué le dirías hoy, después de haber sido adicto, a los jóvenes en general, y a los jugadores de básquet puntualmente?
. Les diría que el punto de inflexión está en hablar, hablar de los que nos pasa, lograr buena comunicación entre el entrenador, el dirigente y la familia para que el jugador tenga contención. Es importante poder controlar un impulso cuando uno es joven. La droga está en la cultura, hay que mostrar el “quilombo” y no escondérselo al adolescente. El club puede actuar como un organismo de contención y explicativo también. Los que padecimos esta enfermedad tenemos que poder explicar que se pueden enfrentar a estas situaciones y hay que aprender a decir que NO, controlar ese primer impulso. Los clubes deben proteger a los jugadores en ese sentido.
- El libro habla mucho del tema COMUNICACIÓN, de hablar, de no guardar o esconder. ¿Qué análisis haces en ese punto?
. La comunicación es la base del mundo, la base de todo. ¿Cuántas cosas nos han hecho callar? Generaciones enteras sin poder hablar, sin saber qué decir, cómo hacerlo rodeados de una ignorancia enorme. Familias sin poder hablar de cómo resolver un problema. Lo principal es poder decir lo que nos pasa, porque lo que no se habla se actúa. Hay que abrir la cabeza, este es un problema más, son trastornos de conducta. Es fundamental saber qué decir y cómo decirlo.
“Crónicas de lo NO Dicho” está hace poco en venta y tiene como uno de sus objetivos primarios “ayudar a alguien que puede tener un problema. Es importante que entendamos que hay mucha gente que la está pasando mal. Tenemos que tomar conciencia como sociedad que podemos darle una mano a alguien, primero registrar el problema, después aceptarlo, cambiar y transmitir. Las charlas que estoy dando tienen ese objetivo, no hay que esconder más, tiene que servir para abrir la cabeza y poder hablar libremente sobre esto. No se puede seguir escondiendo el fasito adentro del cajón”.
Para adquirir el libro:
– en Junín en la librería Dorrego.
– contacto por Instagram en @cronicasdelonodicho y @juanantonioabdala
– contacto por Facebook en Crónicas de lo No Dicho