NBA

Jason Williams, el chocolate más blanco de la NBA

20:21 02/05/2020 | Tuvo una carrera irregular pero en sus mejores momentos fue uno de los más vistosos. Simplemente Jason Williams. Un repaso a su historia.

Williams en Kings (Foto: Supremee)

Jason Chandler Williams. Quizás muchos no lo conozcan por ese nombre. Tal vez les suene más Chocolate Blanco. ¿Ahora sí? Porque ese era su apodo, aquel que lo acompañó desde que llegó a la NBA, cuando comenzó a cautivar a los fanáticos tras un par de piques en el parqué, con más pinta de empresario que de jugador. Tiraba fajas, comía pochoclo de las tribunas y se divertía como si fuera Magic Johnson en el showtime de los 80. 

Dentro de la cancha esa fue su versión, pero fuera de ella también vale la pena conocerlo y para eso hay que revivir su historia. Nació en Belle, West Virginia, un 18 de noviembre de 1975. Su infancia fue divertida, a pesar de que su familia vivía en un trailer en medio del colegio DuPont High School. ¿La razón? Su papá, Terry, era policia y le permitían tener las llaves de la cancha de básquet que estaba dentro de la escuela. Allí Jason se pasaba la vida, entrenando y practicando para ser el mejor. 

El inicio de todo

Pero lo suyo no era sólo en el básquet, y desde pequeño demostró ser un prodigioso deportista que jugaba también al béisbol y al fútbol americano. En todo lo que probaba la rompía, no había con qué darle. A pesar de eso, su verdadera pasión era la pelota naranja y a los siete años se prometió a sí mismo que algún día sería un jugador de la NBA. 

En la secundaria empezó a ser verdaderamente bueno en el básquet y con celeridad se convirtió en la estrella de DuPont a partir de la temporada 1990/91. Desafortunadamente, fuera de la cancha comenzaron a haber problemas que en el pasado parecían ser simples chistes. A pesar de eso, Jason se las arregló para hacer historia y al final de la campaña 1993/04 fue elegido el jugador del año de Virginia por la revista USA Today, promediando 18 puntos y 10 asistencias. También se convirtió en el único en la historia de la escuela en conseguir 1.000 puntos y 500 asistencias. 

Comienzos complicados

Los reclutadores de distintas universidades estaban interesados en él, pero sus problemas de comportamiento eran un agravante que los detenía. En ese entonces Williams había comenzado a desarrollar un gusto por la marihuana y, cuando no jugaba o entrenaba, se la pasaba vagando, cosa que no tampoco le permitía rendir de manera óptima en sus estudios. Las drogas y el mal desempeño en el colegio fueron un coctail que ninguna universidad deseaba. 

Afortunadamente logró una beca que le ofreció Providence University. Sin embargo, la partida del entrenador del equipo, Rick Barnes, lo llevó a cambiar su decisión y finalmente terminó uniéndose a una academia militar de Virginia denominada Fork Union. Allí pusieron a prueba su disciplina y Jason no quiso saber nada, renunciando después de haber pasado sólo tres días en el instituto. 

Para 1994 se le estaban acabando las opciones a Jason y justo cuando estaba a punto de rendirse apareció Billy Donovan, quien quedó sorprendido del talento de Williams. El entrenador lo reclutó para Thundering Herd y el base no hizo más que colmar las expectativas. Tal fue su rendimiento que en su primera temporada (1995/96) la rompió, promediando 13.4 puntos y 6.4 asistencias. 

El destino a su favor

Las cosas esta vez le estaban saliendo bien a Jason y fue en ese momento en el que Florida University golpeó su puerta. Billy Donovan iba a ser el entrenador y Williams su jugador estrella. Ambos partieron desde Thundering hasta el calor y las playas en busca de un sueño. Paulatinamente Jason fue creciendo y en la temporada 1997/98 se convirtió en el base titular del equipo. También empezó a ser una de las principales atracciones de todo el torneo y todos los consideraban el próximo gran base que podría llegar a la NBA. 

¿Se acuerdan de su afición a la marihuana? En esa campaña aparecería para acecharlo y complicarlo, debido a que fue atrapado fumando y lo echaron del equipo luego de apenas 20 juegos. Ese incidente puso fin a su etapa universitaria y a Jason no le quedó otra que presentarse al Draft de la NBA en 1998. En aquel sorteo era uno de los nombres más interesantes pero la mayoría de las franquicias lo consideraban radioactivo por la cantidad de problemas que había tenido en su vida fuera de las canchas. 

Al único equipo que no le importó eso fue a Sacramento Kings, que lo seleccionó en el pick siete. El entrenador de los de California era Rick Adelman y las autoridades de la franquicia creían que la disciplinada manera de dirigir del técnico podía enderezar de alguna manera a Williams. Era una apuesta arriesgada, pero estaban dispuestos a tomarla. No tenían nada para perder. 

Destino NBA

Su primer año en Sacramento no fue para nada fácil, pero a la larga se terminó adaptando a un equipo que tenía estrellas de la talla de Chris Webber, Vlade Divac y Peja Stojakovic, entre otros. Su popularidad también creció y en aquella temporada su camiseta número 55 fue una de las cinco más vendidas de la NBA. Además, los Kings clasificaron a playoffs y comenzaron a llamarlo Chocolate Blanco. 

Williams era una máquina de marketing y su juego era hipnotizante. Lamentablemente, la marihuana volvería a decir presente y el 20 de julio del 2000 el base sería suspendido con cinco juegos de ausencia por dar positivo en un test anti drogas de la liga. A esto se sumó otro incidente que ocurrió un año después, más precisamente el 28 de junio de 2001, cuando le dijo insultos racistas a un grupo de asiáticos en medio de un partido contra Golden State Warriors. ¿La multa? 15.000 dólares. 

Al final de esa temporada los Kings se cansaron de su mala fama y lo traspasaron a Vancouver Grizzlies a cambio de Mike Bibby y Brent Price. En la nueva franquicia de expansión las cosas estuvieron tranquilas por un tiempo, pero todo explotó cuando Hubie Brown se convirtió en el nuevo entrenador del equipo. El nuevo técnico de la franquicia había sido previamente analista televisivo de básquet y muchas veces criticó públicamente el juego de Williams, por lo que la cosa ya venía mal de antes.

Pese a eso, la relación fue buena al comienzo pero para la temporada 2003/04 Jason ya empezó a ser dejado de lado, pasándose largos minutos en el banco de suplentes. Lo que empezó bien terminó siendo tóxico y el que otra vez se tuvo que ir fue Jason. El gerente general de esa época, Jerry West, decidió traspasarlo y quien lo recibió fue Miami Heat. 

Última oportunidad

Los de Florida acordaron su canje el 2 de agosto de 2005, en lo que fue el traspaso más amplio de la historia de la liga. ¡En total se cambiaron 11 jugadores! Williams llegó a Miami justo a James Posey y en Florida encontró un buen hogar. Le habían prometido que jugaría siempre y cuando se mantuviera limpio y sin problemas. Iba a ser compañero de Gary Payton en la base y de Dwyane Wade y Shaquille O´Neal en el equipo. Nada podía salir mal. 

En esa temporada Jason cumplió su palabra y tuvo un interesante papel como base titular que le permitió promediar 12.3 puntos y 4.9 asistencias en un Miami que estaba en ascenso. Al término de la 2005/06 su rendimiento fue tan bueno que lograron salir campeones de la liga al derrotar a Dallas Mavericks. Ese título fue su cúspide y su único festejo en la NBA, siendo un protagonista fundamental y desplegando un básquet más sereno y organizativo. 

Su cuerpo aguantó hasta la temporada 2007/08 y luego de esa campaña el base dijo basta y se retiró de la NBA. Luego coqueteó con el desempleo y volvió en tres oportunidades. Primero con Los Angeles Clippers, luego con Orlando Magic y finalmente con Memphis Grizzlies. Sin embargo, en ninguna de esas ocasiones el base logró sortear las lesiones terminó despidiéndose para siempre de la liga el 18 de abril de 2011. 

Único en su especie

Nadie personificó el estilo del básquet callejero como Jason Williams. Tatuajes, drogas, rebeldía y lujos, dentro y fuera de la cancha. Chocolate blanco le decían y su pinta no vendía ni mentía. Se mostraba tal cual era, sin doble cara ni múltiples personalidades. Fue espejo de muchos, especialmente para lo bueno. Alma de niño, corazón de joven. El más perfecto Peter Pan. No tuvo ni tendrá igual. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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