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Algunos hombres simplemente saben qué regalos dar. Un anillo, un reloj, un auto o una torta pueden ser presentes ideales y normales, pero sólo un loco empresario de Texas podía haberle regalado a su esposa una franquicia de la NBA. Eso es exactamente lo que hizo el empresario Don Carter cuando compró a Dallas su primer equipo profesional de básquet.

Según contó el propio protagonista, su esposa Linda Jo era una fanática del deporte de la naranja y, tras semanas de pensamiento y divagación, decidió comprarle aquel insólito presente.  A pesar de admitir que no sabía nada sobre baloncesto, Carter dijo que era "lo suficientemente estúpido como para prometerle un equipo de baloncesto y que tenía que cumplir esa promesa". ¿Qué loco no? 

Como los Mavericks eran un equipo de expansión allá por 1978, le costaron a Carter 12 millones de dólares. Lo otro ya conocen y no hace falta repetirlo. Tal fue el significado del empresario que cuando Dallas ganó su primer y único campeonato de la NBA en 2011, Mark Cuban dejó que Don aceptara el trofeo, con su esposa Linda Jo, amante del básquet, a su lado.