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Dino Meneghin, Enrico Gilardi, Vitoretto Gallinari, Antoine Rigadeau, Toni Kukoc, Mike D´Antoni, Sasha Danilovic y hasta Manu Ginóbili, Carlos Delfino y Hugo Sconochini. A esa clase de actores estaba acostumbrado el público del teatro italiano en la década de los 70,80, 90 y 00. Lamentablemente, en los años posteriores las obras fueron menores y el fuego se apagó paulatinamente, como aquellas brasas que se evaporan tras cada asado.  

El punto de quiebre fue en el 2014, cuando Montepaschi Siena desapareció por cuestiones económicas. Ese equipo fue el último del país en estar en la boca del lobo, con tres apariciones en tres Final Four de la Euroliga, en 2004, 2008 y 2011. Desde ese exacto momento que Italia no consiguió ser lo que fue.  

Por suerte, en los últimos años los europeos supieron como reconstruirse y, apoyados en un gran apoyo de la Federación Italiana, comienzan de nuevo a crecer. Olimpia Milano, Virtus Bologna y compañía están listos para volver a despegar y así lo vienen demostrando a base de participaciones en los torneos más importantes del Viejo Continente.  

Lo mejor, sin embargo, está por venir. MIlano es el equipo que desde la temporada pasada viene pisando fuerte a partir de sus participaciones en la Euroliga. Sergio Rodríguez fue el primer boom de la zona y para la 2020/21 ya está preparado. Rompió el mercado con Kyle Hines, Malcolm Delaney y Gigi Datome. Además, contrató a Kevin Punter, Ethan Happ y David Moretti.  

En el otro costado se posiciona Milos Teodosic en la Virtus Bologna, quien llegó también la temporada pasada para comenzar a construir la nueva era. Primero en la EuroCup y luego en la Liga Italiana, el equipo del serbio dio que hablar y mucho, y el mismo CEO de la institución, Luca Baraldi, ya expresó que en el futuro la idea del club es participar en las próximas ediciones de la Euroliga. 

Otros nombres fuertes son Luis Scola en el Varese y Carlos Delfino en el VL Pesaro de Italia. Ambos jugarán la Serie A y ya conocen el país y la competencia. Los tanos, una vez más, quieren ser lo que fueron. El básquet vuelve a sonreír.