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Atenas llegó a Carlos Paz con la cabeza en alto tras la gran producción realizada en Corrientes ante San Martín. Además, el griego tenía otro motivo para ver con más optimismo el futuro, por el regreso de Leonardo Lema y la flamante incorporación de Laron Smith. Sin embargo, Gimnasia echó por tierra todas sus esperanzas con una primera mitad de ensueño, donde jugó un básquet práctico, efectivo y sacó a relucir todas sus cualidades con el tiro externo. 

Se podría decir que Atenas regaló un tiempo y que eso le costó el partido. El planteamiento de Arduh de recostarse en una zona constante lo dejó rápidamente en desventaja, situación que Gimnasia aprovechó para lastimar con la altísima efectividad de sus tiradores. 

Giorgetti arrancó con la mano caliente (2/2 triples), se sumó Rivero y cuando Villagrán movió el banco también emergió Buendía para lastimar de afuera. El ingreso de Burtt le permitió a los de Comodoro encontrar otra vía de gol en base a rompimientos de la primera línea. Si bien el griego reaccionó en el cierre del cuarto inicial, con un parcial de 7-0, dio la sensación que a la luz de su rendimiento irregular la terminó sacando barata: 16-23. 

El problema de los cordobeses fue que inexplicablemente siguió liberando el perímetro, mientras que en ataque careció de juego asociado y de efectividad (apenas 25% de cancha). Gimnasia fue mucho más práctico, mantuvo la consistencia defensiva, y cuando tuvo la pelota en sus manos terminó de aniquilar a su rival. Los 11/20 en triples para los de Villagrán fueron decisivos de cara al segundo tiempo (28-48), como así también el trabajo de Vega (9p+5reb+4as). 

Atenas salió de vestuarios con otro carácter, presionó más sobre la generación de juego, maniató a Gimnasia y por primera vez tomó el control del partido. Con el goleo de Baralle, el trabajo defensivo y la claridad para pasar la pelota de Lema, más el dominio de Spencer en la pintura, fue recortando la distancia para cerrar el cuarto doce puntos abajo: 47-59. 

En el último parcial volvieron las dudas, sobre todo la imprecisión para resolver cerca del cesto, la mayoría con pérdidas sin llegar a efectuar un lanzamiento. Mientras a Atenas le faltó argumentos para definir, Gimnasia siguió encontrando espacios adentro y afuera. Vega jugó e hizo jugar, mientras Acuña y Romero terminaron de liquidar el pleito ganando constantemente en el poste bajo. 

Atenas generó gran cantidad de segundas opciones (20 rebotes ofensivos), pero le faltó paciencia y efectividad, no tuvo juego asociado y tampoco supo resolver las situaciones que se le presentaron. Gimnasia volvió a lucir como en el primer tramo de la Liga, o al menos estuvo mucho más cerca del pico de rendimiento que logró alcanzar, fue inteligente para administrar la ventaja lograda, y tuvo el carácter necesario para cerrar el juego y comenzar la gira con saldo a favor.