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NBA 2015/16

Gigantesca sorpresa: Minnesota tumbó a Golden State

08:58 06/04/2016 | Los Wolves vencieron a los Warriors por 124-117 en tiempo extra con una soberbia actuación de Wiggins, Muhammad, Towns y LaVine.

NN
Dieng captura un rebote ante la marca de Ezeli, Curry y Barbosa.
Tan dura como sorpresiva fue la derrota que Minnesota le provocó a Golden State en la noche del martes, en una nueva jornada de la NBA. Los Timberwolves asaltaron el ORACLE Arena en tiempo extra para conseguir un triunfo resonante ante el campeón defensor por 124-117.
 
Fue una noche suprema de unos lobos hambrientos y sanguinarios, que supieron aprovechar el momento que se les presentó en el último cuarto para remontar una diferencia que durante el tercero parecía definitiva. Golden State comenzó a todo ritmo, quemando las redes desde todas las posiciones, con un Harrison Barnes intratable de larga distancia, sumado al talento de Draymond Green moviéndose por todo el frente de ataque.
 
Sin embargo, nunca hubo más de 15 puntos de ventaja para el dueño de casa, que a diferencia de otros encuentros no pudo liquidar el pleito a tiempo debido a desconcentraciones, pérdidas de balón (24 en total) y una llamativa fragilidad defensiva en los momentos más calientes del juego. La principal virtud de Minnesota pasó por el atrevimiento que tuvo para hacerle frente al mejor equipo de la Liga, y de encontrar en todo momento a un jugador clave para destrabar el cerrojo de su rival.
 
A partir de la rotación, los Wolves comenzaron a recortar la distancia, primero con un Shabazz Muhammad revulsivo, que salió del banco para convertirse en una amenaza potencial. La brecha antes del descanso largo llegó a ser de tres (33-30) ante un Golden State increíblemente errático, que finalmente logró salir del letargo con una sucesión de puntos de Klay Thompson.
 
Con Stephen Curry enfocado en la generación y Barnes como principal ejecutor, los de la Bahía volvieron a tomar distancia. ¿La receta? presión sobre la conducción y el vértigo habitual adelante. La ventaja pudo ser más amplia, pero los triples de Zach LaVine y Andrew Wiggins finalmente la dejaron en nueve al cabo de la primera mitad: 55-46.
 
El tercer cuarto fue un aviso, de que Minnesota iba a vender muy cara su derrota. Con Thompson primero y Curry después, los campeones amagaron con inclinar la balanza hacia su lado, incluso llegaron a ampliar las cifras una vez más con su juego dinámico (71-54). Fue así hasta que Wiggins y Muhammad se cargaron el equipo al hombro, lastimando contínuamente a la defensa rival desde todas las posiciones.
 
El atrevimiento, la frescura y el carácter de los Wolves fueron las claves para dar vuelta la historia. Cuando se dieron cuenta que los Warriors no eran una amenaza potencial, los de Sam Mitchell les perdieron definitivamente el respeto. Con el brillante trabajo de Karl-Anthony Towns para multiplicarse en defensa, los visitantes estrecharon las cifras para ingresar al último capítulo perdiendo por ocho: 86-78.
 
En los doce finales Minnesota saliò con la misma actitud y su apetito voráz, y cuando se dio cuenta que era posible se puso definitivamente en juego. Towns se hizo dueño de los acrílicos con una solvencia increíble a pesar de sus 19 años, mientras Muhammad y LaVine se convirtieron en una auténtica pesadilla para sus defensores. Golden State careció de respuestas y dependió pura y exclusivamente de lo que podía generar Thompson.
 
En los últimos cinco minutos y medio el dueño de casa apenas marcó 6 puntos, y eso explica en parte la derrota. A los Warriors les faltaron argumentos individuales y colectivos para sostener la diferencia, tanto que se vieron superados por un rival que a esa altura se despojó de toda responsabilidad. Fue así que se forzó el tiempo extra después de la igualdad conseguida por Wiggins a 19s8 del cierre: 106-106.
 
En el suplementario, Minnesota fue un huracán que arrasó con un Golden State completamente bloqueado, y con un Curry más terrenal. Fue una noche oscura para los campeones, que además tuvieron que cerrar el juego sin Green, quien salió por cinco faltas cuando aún quedaban casi tres minutos. Fue un golpe duro para la defensa de Steve Kerr, que no tuvo para capacidad para contener el vendabal de Wiggins, Towns y Muhammad.
 
Fue la segunda caída en los tres últimos partidos de los Warriors (69-9), que aún mantienen chances de superar el récord que Chicago Bulls (72-10) consiguió en la temporada 1995/96. Sin embargo, ahora tienen menos margen que antes, ya que deberán ganar los cuatro encuentros que restan, incluidos dos enfrentamientos más con San Antonio Spurs.
 
Roberto Martín
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @robertofmartin

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