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En el Real Madrid vienen pasando muchas cosas este verano, y no muy buenas en general. La peor de todas, obviamente, es la salida de Facundo Campazzo, que dejará al equipo rengo en un puesto clave, en donde el Madrid se durmió, pese a saber de la salida del cordobés, y no fichó un reemplazo. 

Luego vino el culebrón con Laprovittola. El argentino, por lo ocurrido el año pasado, quiso salirse del club (que tenía esa misma idea), y recibió una buena oferta del Panathinaikos, pero finalmente el Madrid no lo dejará partir, tras comunicárselo este lunes. 

Y es que el razonamiento termina siendo simple. Si Campazzo se va y no hay ninguna chance de fichar otro base de jerarquía, ¿para qué desprenderse de una opción buena que ya está en el club y conoce a Laso y a sus compañeros sin nada en el horizonte?

El problema es que, tal como comentábamos el pasado jueves, para Nico va a ser todo un riesgo, aunque tampoco tiene margen de maniobra, ya que está bajo contrato y el club ahora quiere que siga. Hasta octubre, en principio, estará todo bien. Habrá que ver qué pasa cuando se abra el mercado de la agencia libre en la NBA. Si ahí consiguen otro base, quizá la situación de Lapro cambie. 

Si no consiguen ese fichaje en octubre, terminará siendo un año de transición, porque les quedó un plantel muy veterano (Reyes 40, Carroll 37, Rudy 35, Llull y Causeur 33), mezclado con jóvenes como Deck (25) y Garuba (18), con una rama intermedia en Tavares (28), Lapro (30) y Randoph y Taylor (31). Y falta resolver el tema Zizic, que completaría un verano negro en cuanto a cintura en las negociaciones, si lo termina perdiendo a manos del Maccabi.