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Corría el 2015 y Manu Ginóbili estaba disputando una de sus últimas temporadas en la NBA, por lo que quería aprovechar al máximo sus minutos en cancha. Por el otro lado, Gregg Popovich no estaba de acuerdo y la regla era que el argentino no podía jugar en noches consecutivas, o como lo llaman en Estados Unidos, los famosos Back to Back. Nada de eso le importó al zurdo, quien finalmente logró entrar al rectángulo de juego y disputar el deseado partido.

Pero el trasfondo de la situación es lo anecdótico de ella. Todo comenzó cuando el mítico entrenador de Spurs y su dirigido tuvieron una charla: "Hablamos y pensé que habíamos llegado a una conclusión. Manu pensó que no". Así fue que el argentino le dijo: "Pop, tengo que jugar". "No, recordá lo que hablamos", rezongó Pop. Ginóbili continuó haciéndose el desentendido e incluso reafirmó su primera frase al decirle que ya había charlado con los asistentes para que le permitieran jugar. 

¿Qué hizo Popovich? En pleno desayuno colocó a Ginóbili frente a los seis asistentes técnicos del equipo y le dijo: "Hablá con ellos, yo ya me cansé de hablar con vos". El objetivo de Gregg era que ellos lo convenzan de que acepte descansar ante New York Knicks. Iluso él, pensó que el argentino aceptaría no jugar. 

Unos minutos después la reunión terminó y las horas para el partido de esa noche comenzaron a correr. Gregg confiaba en que Manu no jugaría, pero sucedió exactamente lo contrario. A la hora del juego Ginóbili estaba listo para entrar a la cancha. "Tengo unos asistentes muy cobardes. Manu dirige el programa", comentó ante la prensa riéndose a carcajadas.