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El fade-away de Michael Jordan. El crossover de Allen Iverson. El skyhook de Kareem Abdul-Jabbar. El euro-step de Manu Ginóbili. A lo largo de los años, un selecto grupo de jugadores de la NBA han sido capaces de patentar un movimiento y convertirlo en su marca registrada. A estas ilustres acciones se le suma la de uno de los mejores pivotes de todos los tiempos: el Dream Shake de Hakeem Olajuwon. Un combo que dominó la pintura por mucho tiempo y que, curiosamente, nació gracias a otro deporte.

La historia cuenta que el nigeriano no jugó al básquet hasta los diecisiete años. Y, antes de enamorarse de la anaranjada, pasaba su tiempo defendiendo el arco de diferentes equipos de fútbol. Esa posición le permitió desarrollar un juego de pies envidiable, que luego trasladó al parqué para dominar la pintura durante gran parte de la década del noventa.

Si bien logró alcanzar la gloria por sus dotes como basquetbolista, fue el propio Olajuwon quien en una entrevista agradeció ese tiempo que pasó debajo de los tres palos y aseguró que el famoso Dream Shake contaba con tres etapas: “Desviar al oponente y hacerlo ir en sentido contrario. Luego, congelarlo y dejarlo devastado en sus huellas.. Finalmente sacudirlo y no darle oportunidad de disputar el tiro.”