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Estas últimas horas estuvieron repletas de novedades en relación a los posibles organizadores de la Copa del Mundo del 2023. De hecho, el lunes eran cuatro las opciones y actualmente solo quedan dos en pie, lo que agiganta las posibilidades de Argentina y Uruguay. Ante la decisión de Rusia y de Turquía de retirarse de la pelea, el mano a mano quedó estipulado entre el tridente compuesto por Japón, Filipinas e Indonesia. Vale recordar que el Mundial 2019 se jugará en tierras asiáticas, más precisamente en China.

La Federación Rusa, a través de un comunicado de su presidente Andrei Kirilenko, fue la última en desistir y renunciar a una posible organización mundialista: "Teniendo en cuenta la actitud negativa de la comunidad deportiva mundial hacia los atletas rusos y los deportes nacionales en general, decidimos abandonar los esfuerzos adicionales por el derecho a organizar la Copa del Mundo. Hicimos mucho trabajo y obtuvimos una buena experiencia. La Federación agradece sinceramente a todos los que participaron en la promoción de nuestra aplicación: el Ministerio de Deportes, la Comisión Interdepartamental, el comité de evaluación de FIBA, que visitó las ciudades rusas que queríamos anfitrión del torneo (Moscú, San Petersburgo, Kazán y Perm) y los líderes de estas regiones que proporcionaron las garantías necesarias”.

Tanto Argentina como Uruguay ya tienen experiencia en esto de organizar Mundiales. Argentina fue la sede del primero, allá por 1950, y se quedó con el título en aquella oportunidad tras vencer a Estados Unidos en la Final. Nuestro país también coordinó el Mundial de 1990, que fue ganado por Yugoslavia y quedará siempre en la memoria como el punto de inflexión en la relación entre Petrovic y Divac, cuando éste último tirara por el suelo una bandera croata durante la celebración. Por su parte, Uruguay organizó la Copa del Mundo de 1967.