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El efecto Che García en San Lorenzo

16:37 03/02/2020 | El entrenador llegó a San Lorenzo y, precedido de antecedentes que generaban expectativas, logró cambiar el rumbo de un equipo que venía a los tumbos.

Foto La Liga Contenidos

Pasaron menos de 30 días. Pareciera como si hubiesen sido meses. O años. Pero no. El viernes 3 de enero, San Lorenzo decidió el corte de Facundo Muller y el sábado 4 fue anunciado su reemplazante: Néstor Rafael García, el Che. Todo un nombre para apostar a la recuperación de un equipo que no iban muy mal en resultados, pero que parecía transitar un camino que no lo dejaría donde esperaba. 

El Che venía con una bien ganada reputación de ser especialista para este tipo de situaciones. Esto es: cambiarle el espíritu a un grupo de jugadores muy buenos, recuperar la energía rápido y poner bien de la cabeza al plantel para encarar, en 40 días, 3 definiciones de torneos: Champions League, Súper 20 y Copa Intercontinental. Nada menos. 

Al Che esas cosas le gustan. Si no hubiese esperado unos días más y hoy sería el entrenador del Estudiantes de Madrid. Pero la atracción de San Lorenzo, de Tinelli, de jugadores con alta reputación, torneos internacionales ya, una Intercontinental...eran demasiado tentadores, más allá de lo económico, que también lo era. 

El Che hizo un diagnóstico en pocas horas y después de jugar su primer partido, el lunes 7, 48 horas después de asumir, le dijo a Básquet Plus, bien a su estilo: "Ya ví todo". Se había dado cuenta en nada de tiempo lo que pasaba internamente. Que los demás lo sospechábamos desde afuera: roles indefinidos, expectativas incumplidas, sistemas de juego o entrenamiento que no convencían y, sobre todo, caras largas permanentes. 

El Che sabe y sabía que tenía crédito para gastar de entrada y lo usó. Lo primero que hizo fue cambiar por completo los entrenamientos. Máxima energía e intensidad. "El que no corre no juega", fue otra definición temprana. Lo otro fue levantar la moral de los que peor venían: Vildoza, Fjellerup y González, básicamente. Y, también, hacer lo que nunca se hizo en San Lorenzo: dejar a jugadores fuera de partidos solo por descanso. Ocurrió con Vildoza en Junín y con Aguirre en Sunchales. Y nadie dijo nada, como corresponde. 

La diferencia que se vio en la entrega física desde la defensa fue notable. García fue de a poco. En los primeros dos partidos (Boca y Ferro), San Lorenzo ganó por orgullo, pero también por ese ímpetu que desde afuera contagia Néstor. Sin jugar bien, claramente. Perdió muy mal su tercer partido, el primero de la seria contra Franca, en Brasil. Y en la revancha jugó su mejor partido de los 11 que disputó hasta ahora. El segundo de la serie contra Franca. 

García frenó la hemorragia que significaba la falta de alegría que había en el plantel. Eso no significa que van a ganar los 3 torneos que le faltan en el año, pero sí que recuperaron la autoestima y parte (todo es imposible), de lo que se necesita como grupo para competir. Lo que está claro es que el equipo necesitaba una voz de mando que pusiera límites y convenciera del camino correcto, y eso al Che le cierra perfecto. Aunque a veces el camino no sea el que el jugador quiere. Pero Néstor los convence de que es el indicado. 

Todo esto, obviamente, se potenció a partir de la F4 del Süper 20 en Comodoro. Aunque los playoffs contra Franca eran eliminatorios, en Comodoro se jugaba el primer título, el único que no había conseguido San Lorenzo. Y lo ganó con mucha autoridad, más allá de que se terminó complicando al final contra Quimsa. El plantel recupero el orgullo, el instinto asesino, y jugó convencido. San Lorenzo, con el plantel que tiene, convencido, es casi invencible a nivel local. 

Ahora viajó a España para la gran cita del 2020: la Copa Intercontinental. El año pasado el AEK no le dio ninguna chance. Esta vez el rival parece todavía peor: Virtus Bologna, con Teodosic y su ballet. Pero, de nuevo, son las que más le gustan al Che. Y en estos casos, su talento para innovar desde lo imprevisto pocos lo tienen. Quizá no le alcance, pero qué lindo va a ser para ver.

 

 

 

 

 

 

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