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Como era previsible, más allá de la actitud y de la voluntad de los filipinos, fue Croacia el que se encargó de establecer claras diferencias en el arranque.

Los europeos cerraron la pintura, no permitieron segundas opciones y dejaron libre el perímetro. Y como Filipinas, en su regreso a los mundiales después de treinta y seis años, no estuvo fino, ahí estuvo radicada la diferencia del primer parcial. Para colmo de males, Blatche, la esperanza asiática tuvo un cuarto para el olvido (1/7 cancha). Con Saric y Bogdanovic como principales armas en ataque, Croacia ganó el cuarto 23-9.

Entre el relaje croata del segundo segmento, y la actitud asiática, que además comenzó a meter todo lo que se le negó en la primera parte, el partido definitvamente se equilibró. Filipinas encontró espacios y los aprovechó, siguió con mucha intensidad y jugando al ciento por ciento, algo que no se puede decir de los europeos. Con tres bombas de Chan (2) y Alapag (1), más un Blatche que comezó a pesar un poco más, los asiáticos quedaron a seis antes del descanso largo: 37-31.

La historia se repitió al regreso de vestuarios. Porque Blatche tomó más determinaciones, acertó en el uno contra y uno encontró gol de frente al cesto. Croacia se mantuvo en su letargo durante casi todo el período, y salvo Bogdanovic, es poco lo que se puede rescar en ataque. Atrás peor, fuera de partido dejó crecer a su rival ante la pasividad de su marca, algo que los de Reyes sacaron rédito, y con un triple de Willliam se pusieron a tres sobre el cierre del cuarto.

Filipinas no supo cerrar el cuarto, William se ganó una técnica que Simon transformó en dos libres, y en la reposición Markota la clavó de tres para establecer una diferencia completamente impensada unos segundos antes en favor del conjunto europeo: 57-49.

Croacia supo mantener un colchón de seis y ocho puntos en el capítulo final, pero Filipinas nunca lo dejó escapar, y ahí estuvo su mérito. Con un intratable Chan, y mucho de Blatche fueron recortando las cifras hasta ponerse a tiro otra vez. Los de Repesa siguieron aletargados, y no supieron ponerle freno a su advesario. Los asiáticos primero igualaron en 64, y después pasaron al frente por primera vez con tres libres de Chan (69-66).

Croacia reaccionó como siempre ante este tipo de situaciones, un triple que le permitió empatar, y un doble para establecer un parcial de 5-0 y suponer que tomaba las riendas de nuevo cuando quedaba 1m33s. Pero Reyes pidió minuto, y en la reposición Chan lo volvió a empatar atacando por el eje central (71-71). El último balón le quedó al mismo Chan, quien tuvo una chance histórica para ganarlo, pero su tiro tocó el aro y a suplementario.

En tiempo extra Croacia sacó cuatro de entrada, que Filipinas recordó en menos de dos minutos. Con un doble de Blatche lo empató (73-73) aprovechando los errores y la imprecisión de los croatas. Dos libres del nacionalizado le dieron una nueva ventaja a los de Reyes, pero Tomic volvió a igualar en la acción siguiente. Una falta sobre Bogdanovic le permitió a Croacia pasar al frente, y tras un lanzamiento fallado de William, nuevamente Bogdanovic amplió la brecha desde la línea.

Al partido le quedaba un suspiro, pero con tiempo suficiente para que Blatche meta un triple para mantener en juego las chances de Filipinas. Quedaban seis segundos, Chan metió la mano y Rudez anotó dos libres más. Se la jugó William, pero su tiro de larga distancia no entró, y Tomic se quedó con la pelota del partido.

Fue una pobre versión de Croacia, que le costó meterse de lleno en el partido. Filipinas la remó de atrás, por imperfecciones propias y falta de experiencia, pero con muchas ganas y actitud, recortó la distancia y estuvo a punto de dar una sorpresa histórica.

Roberto Martín

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