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El arranque del partido fue favorable para Trotamundos (4-0), con conversiones de los atléticos Robert Glenn y Dwight Lewis. Sin embargo, Peñarol no tardó en responder y sacando provecho de las libertades defensivas entregadas por los internos del rival (sobre todo Clarence Matthews), Martín Leiva encontró espacios y dio vuelta la historia.

Desde allí, el primer período estuvo dominado por la paridad. David Cubillan sumó en la visita de tres puntos, mientras que Alejandro Konsztadt contestó para los locales, también desde el perímetro. Ninguno de los dos pudo establecer una superioridad y el primer período finalizó con ventaja para los venezolanos por 19 a 18.

Los primeros minutos del segundo cuarto, marcaron otro partido. Los ingresos desde el banco de suplentes de parte de Luciano Massarelli y Franco Giorgetti fueron claves en los dirigidos por Fernando Rivero, y entre ambos, dejaron a Peñarol adelante por cinco, ante un rival que comenzó desconcentrado.

De a poco, Trotamundos fue volviendo al juego, de la mano del goleo interno de Matthews, aunque una vez que logró igualar, el encuentro volvió a entrar en un tramo de mucha imprecisión y defensa. En este escenario, Peñarol tuvo un mejor cierre y con conversiones de Adrián Boccia y Kosztadt, terminó la primera mitad adelante por 33 a 29.

Luego de que Trotamundos tomara ventaja de dos, ante un mal inicio de la segunda mitad del milrayitas, el último campeón de la Liga Nacional reaccionó, con buenos minutos de Boccia pero sobre todo, las primeras apariciones fuertes en la noche de Justin Giddens. El extranjero se encendió, levantó al Poli con un par de volcadas y jugadas de doble más la falta y combinado con una conversión de Leo Gutiérrez, de irregular noche, el local se escapó por 11.

Lamentablemente para Rivero y sus dirigidos, una vez que sacó la máxima, su equipo se estancó. En ataque comenzó a perder eficacia, con un par de decisiones apresuradas del debutante Reger Dowell (0-6 de cancha en 7 minutos), mientras que en defensa sufrió a un encendido Cubillan que dejó la historia 52-48 al ingresar a disputar los últimos diez minutos.

Para dejar en el olvido rápidamente los últimos instantes del tercero, aparecieron nuevamente en el cuarto Giorgetti y Massarelli, muy importantes a la hora de traer respuestas desde el banco. En el otro costado, Peñarol secó a los dirigidos por el español Aranzana (enorme tarea de Alejandro Diez en ese aspecto), sin permitirle un sólo gol de campo durante los primeros cinco minutos del parcial. Así, el local respiró y la diferencia volvió a extenderse a 12.

Tal fue el muy buen rendimiento de la banca de los marplatenses, que el entrenador no precisó volver a utilizar a casi ninguno de sus titulares por el resto de la noche, un descanso fundamental en esta clase de torneos. Trotamundos intentó regresar con el ataque de poste bajo de Matthews, pero Peñarol lo cerró con mucha solidez y seriedad, hasta llegar al 73 a 64 definitivo.

¿Brilló Peñarol en el triunfo? Probablemente no, pero en este tipo de partidos y sobre todo de torneos, la solidez que mostró es quizás todavía más importante que haberlo hecho, más aún si tenemos en cuenta el descanso que pudo darle a sus figuras y la aparición de opciones que no siempre suelen figurar entre las prioritarias del ataque. Peña es un equipo con sobrada experiencia para este tipo de situaciones y este viernes, fue una prueba más de esa realidad.

Peñarol (73): Alejandro Konsztadt 5, Adrián Boccia 11, Justin Giddens 8, Leo Gutiérrez 8 y Martín Leiva 10 (FI); Reger Dowell 0, Luciano Massarelli 11, Franco Giorgetti 13, Alejandro Diez 5 y Gabriel Fernández 2. DT: Fernando Rivero.

Trotamundos (64): David Cubillán 10, Dwight Lewis 15, Tomás Aguilera 2, Robert Glenn 10 y Clarence Matthews 16 (FI); Alexander Murillo 2, Pedro Cubillán 0, Jhornan Zamora 3, Javinger Gargas 0, Jesús Martínez 0 y Jack Michael Martínez 6. DT: Gustavo Aranzana.