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Pintaba mal la historia en el AT&T Center de San Antonio cuando, tras 12 minutos de juego, los Spurs no solamente caían por 16 ante Houston, sino que habían recibido ya 39 puntos. Harden hacía estragos (18 puntos hasta allí) y la defensa local hacía agua por todos lados.

Mejoró algo el rendimiento en el segundo cuarto, pero fue recién en el tercero donde la historia empezó a cambiar, cuando Houston lideraba 69-56. ¿Qué pasó? Llegaron 3 bombas seguidas (2 de Parker), un par de buenas defensas y, en 3:45, el local metió un parcial de 17-2 para pasar al frente 73-71. 

No terminarían ahí los problemas, porque si bien el juego fue parejo a partir de ese momento, dos triplazos de Gordon y Harden parecieron volver el trámite a su favor a 3:51 del cierre (98-104). Entonces, Kawhi Leonard, que ya había calentado la mano un minuto antes, se adueñó por completo del juego.

En estos 3:51 anotó 12 de los 14 puntos de San Antonio, le metió un tapón descomunal a Harden y liquidó el pleito con un triple previo al tapón que puso el tanteador 110-108. Eso, sumado a la tapa y a 2 libres, sentenciaron el resultado. Leonard fue la figura con 39 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. Harden sumó 39 y 12 asistencias. Ginóbili, de buen juego, terminó con 9 puntos (3/5 dobles, 1/4 triples), 3 rebotes, 2 asistencias y 1 robo en 20:26. 

Con este resultado, los Spurs consiguieron su octavo triunfo al hilo, se despegaron todavía más de Houston en la segunda posición del Oeste (49-13 frente a 44-20), y se mantienen a 2.5 victorias del líder global, Golden State, que superó a Atlanta de visitante 119-111 con 24 puntos de Iguodala y Curry.