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Posible rotación

Las caras nuevas

Leemire Goldwire: El experimentado base de 31 años y 1,84 de estatura, tendrá la difícil tarea de cubrir el rol que tenía Donald Sims en el equipo. La realidad es que comparte varias características con el ahora jugador de Atenas, siendo un 1/2 bajo con una excelente mano a larga distancia. Viene de promediar 15,9 puntos y un 40% en triples en el ascenso de Turquía.

Alex Harris: Harris es un perimetral de 31 años y 1,96, que viene de jugar en Grecia la pasada campaña y con muy buenos antecedentes en su currículum. Veremos cómo se adapta a la Liga, pero será otra arma ofensiva para un perímetro correntino repleto de gol.

Erik Thomas: Luego de egresar con todos los honores de la Universidad de New Orleans, Thomas decidió comenzar su carrera como profesional en su país de origen. Habrá mucha expectativa para lo que pueda dar el alero, quien todavía está haciendo la transición para transformarse en perimetral (en los Privateers jugaba como interno). Tiene mucha versatilidad y capacidad atlética, que podrían transformarlo en un factor distintivo con respecto al Regatas 2016/17.

El equipo

Es cierto que Regatas perdió en el mercado a dos de sus piezas más importantes del plantel finalista, como Sims y Espinoza. Pero también lo es el hecho de que en una Liga donde la mayoría de los equipos cambian entre cinco y seis jugadores por año, el haber podido retener a siete integrantes (más el DT) de la exitosa 2016/17 no deja de ser un punto a favor muy importante para los de Piccato. Sobre todo, porque esos huecos que se generaron con las salidas parecen haber sido bien cubiertos con las tres incorporaciones.

A simple vista, todo indica que Regatas tendrá una rotación más profunda que en el año pasado, aún cuando volverán a darse el lujo de jugar con una ficha mayor menos (7). Esto no solo se debe a la llegada de un U23 de muy buena calidad como Erik Thomas, sino también al progreso evidente que ha tenido Javier Sáiz, quien parece destinado a pelear por la titularidad, luego de su gran AmeriCup.

Los correntinos vienen de ser el mejor equipo ofensivo de la pasada temporada y en principio, tienen todo para repetir ese rendimiento o incluso superarlo. Esta vez no deberían depender tan marcadamente de la tarea de dos jugadores (Sims y Quinteros), sino que sumaron nuevas armas anotadoras capaces de sacarle algo de presión al escolta entrerriano. En cuanto al estilo, nada cambiará: básquet de muchas posesiones, ataque abierto y con múltiples tiradores en cancha.

El desafío para Regatas pasará por mejorar su producción defensiva, donde a pesar de alcanzar la final, no vienen de mostrar la mayor seguridad (en parte por diseño, ya que prefieren jugar a un score alto). Para colmo, sufrieron la salida de un pilar como Pablo Espinoza, cuya versatilidad en este costado es difícil de reflejar en números. ¿Puede Thomas ofrecer parte de esas prestaciones? Por características pareciera que sí, pero no hay que olvidar que será su primer contacto con el básquet argentino y con el profesionalismo. De todas maneras, el mayor potencial del equipo en el campo propio está depositado en la dupla que pueden llegar a formar el ex jugador de New Orleans junto a Sáiz, ideales para las defensas de cambios que tanto se utilizan hoy en día.