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Los Cavaliers siguen invictos en esta postemporada y este miércoles abrieron la final del Este con una victoria contundente ante Boston: 117-104, aunque las verdaderas diferencias fueron mucho más considerables. Los de Lue golpearon desde el inicio mismo del encuentro y definieron la historia en la primera mitad.

Luego de la emoción de la victoria en el séptimo juego ante Washington, Boston no pareció estar listo para enfrentar a unos Cavs descansados y en gran nivel. Y vaya que lo pagaron. Con un LeBron imparable y con la buena tarea de Tristan Thompson para dominar los tableros, la visita consiguió ventajas desde temprano y se llevó el primer cuarto por 30-19.

Cuando se podía esperar alguna reacción de los Celtics, el segundo período no hizo más que potenciar la brecha. Cleveland ya no solo se hizo dueño de ambas zonas pintadas, sino que además empezó a castigar de tres puntos. La máxima no parecía tener techo y terminó cerrándose en 22: 61-39.

Aunque cueste creerlo en un partido de estas instancias, el segundo tiempo estuvo de más. Los de Stevens mostraron algunas mejorías, pero realmente nunca amenazaron con poner en peligro la ventaja del campeón defensor. LeBron James y Kevin Love continuaron con la mano caliente y más allá de un bajón de energía sobre el final, los Cavaliers terminaron imponiéndose por un cómodo 117-104.

LeBron James fue la figura del partido, terminando con 38 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias, mientras que Kevin Love lo acompañó con 32 tantos y 12 rebotes. El canadiense Tristan Thompson también jugó un partidazo, finalizando con 20 unidades y 9 tableros. En Boston no alcanzaron los 21 puntos que consiguieron tanto Jae Crowder como Avery Bradley, ni los 17 y 10 asistencias de Isaiah Thomas.