Entrevista

Básquet Plus con Campazzo: "La llegada de mi hija me cambió la vida"

11:19 12/11/2019 | Charlamos con el base del Madrid y de la selección argentina a una semana de haber sido padre por primera vez y a dos meses del Mundial de China.

Amor pleno: Facu y Sara (Instagram Facu Campazzo)

Hablar con Facundo Campazzo te cambia el día para bien porque está en el estado pleno de madurez como hombre, sin haber perdido esta espontaneidad y alegría que siempre lo caracterizó desde chico. Y a una semana del nacimiento de Sara Campazzo Vallina, su primera hija, explota de felicidad. Y se le nota en cada palabra, aunque esté durmiendo menos. 

-¿Ya te cambió la vida?
. Sí, la verdad, mucho más de lo que pensaba. La niña trajo mucha felicidad a casa. Si bien dormimos un poquito menos, es una sensación increíble. Estamos disfrutándolo y aprendiendo día a día, pero siendo muy felices con Consu (Consuelo, su pareja).

-¿Presenciaste el parto?
. Sí, ví todo, estuve ahí siempre, como si fuera un doctor. 

- Supongo que estuviste más tenso que en un partido. 
. Sï, mucho más. Era como que estaba todo el tiempo en shock y al mismo tiempo disfrutándolo. Me había imaginado el parto como una cosa totalmente distinta. Pensé que habría más tensión. Quizá tuvimos la suerte de tener un buen parto. Yo estaba constantemente mirando, y cuando le dieron la niña a Consu todavía no lo podía creer. Estaba en otro mundo. Fue una felicidad tremenda, una sensación que no había sentido nunca. 

- Está invicta todavía.
. Sí, desde que nació ganamos todos los partidos, así que va invicta. Esperemos que para la primera derrota falte mucho. 

-¿Sentís que también te empezó a modificar tu sentido competitivo, que es lo que han dicho muchos cuando han sido padre en la madurez de su carrera?
. Quizá es pronto, pero algo dentro mío cambió. Ya había cambiado cuando me enteré que iba a ser padre. Las derrotas duras no las quería llevar a casa. Todo lo contrario, porque sabés que en tu casa la situación es otra totalmente diferente. 

-¿Te costó el primer viaje?
. Sí, horrores. Sara nació el martes a primera hora, yo estuve en el hospital todo el día, me dijeron que no fuera a entrenar. El miércoles sí entrené y ya viajé para jugar en Belgrado. Tuve lunes y martes sin dormir, aproveché el viaje para dormir un poco, pero fue loco que estuviera ahí y el día anterior en el hospital con Consu y Sara. Me costó un poco cambiar el chip, pero a la hora de jugar se me pasó todo. 

-¿Cómo es el nombre completo de la niña?
. Sara Campazzo Vallina. Y Sara con S y sin H eh. Nombre de telenovela tiene, je. 

-¿Qué difícil va a ser equiparar este 2019 no?
. Bueno, sí, la verdad fue uno de los mejores años en lo personal, fuera de lo deportivo. La llegada de Sara puso el listón muy arriba. Es un año muy especial. Espero que el próximo sea mejor, pero va a ser difícil igualarlo. 

- Bueno, podés tener un hijo todos los años.
. Nooooo, aparte hay que pensar en mi mujer, pobre. Los últimos días los sufrió un poco. Hasta dentro de un par de años más, nada de eso. 

- Son esos momentos en los que uno por ahí dice "mirá si me tocaba ir a la NBA a Minnesota y me tocaba vivir esto con 30 grados bajo cero".
. Eh, bueno, uno siempre le busca el lado positivo a las cosas y un nacimiento siempre es felicidad pura, en el lugar que sea. Donde estén ellas yo estoy bien. A veces me pongo a pensar qué hubiera pasado si hubiese estado en otro lado, pero se dio acá y salió todo bien. Justo además fue en mi día libre, todo redondito. 

- Te podría haber tocado con vos en Belgrado. 
. Tranquilamente. De hecho, la fecha prevista era 8 de noviembre, que era el día del partido en Belgrado. La semana anterior había estado cinco días afuera y yo decía "esperá Sara, no salgas todavía". Y me esperó al día libre. Se adelantó 3 días. Miró el calendario y salió justo. 

- Pasaron dos meses del Mundial, ¿ya te cayó la ficha del Mundial?
. Va cayendo. Cada día más. Quizá uno no para para pensar detenidamente. Lo que pasa es que fue todo muy rápido. Llegamos de China a Madrid y automáticamente, dos días después, ya estábamos entrenando y al toque jugando las semifinales de la Supercopa, pero a la vez, a medida que pasaban los días, nos dábamos cuenta de que habíamos logrado algo increíble. Acá en España todo el mundo nos felicitaba por el torneo que habíamos hecho. Lo vio mucha gente. Ahí fuimos tomando dimensión y lo disfrutamos más. 

-¿Tenés claro por qué pasó?
. Porque se hizo un tremendo torneo. La preparación fue importante, tanto Bahía, como los Panamericanos y los amistosos internacionales. Ayudaron muchísimo. Siempre durante el proceso teníamos la incógnita de cómo íbamos a reaccionar a la hora de jugar, pero esa sensación siempre nos pasó a la hora de jugar torneos, como en la AmeriCup o el Preolímpico de México en 2015. Pero cuando empiezan siempre pasa lo mismo, es como que nos ponemos un chip y empezamos a competir, y compitiendo somos un grandísimo equipo y nos ponemos en nuestra mejor versión. Fue un conjunto de cosas, además de la preparación. Empezamos jugando de menor a mayor, fuimos cada vez mostrando un mejor básquet, controlando cada partido, y así se dio llegar a la final. 

- Durante todo el torneo vos hablaste mucho de la inconciencia para jugar. ¿Tenían que ser un poco inconcientes para no ver que enfrente estaban Serbia o Francia?
. Si bien tomábamos dimensión del rival y de la calidad que tenía para poder ganarle, pienso que había un grado de inconciencia para no pararnos a pensar: estamos en cuartos de final ante una potencia mundial o candidato al título como Serbia. Nosotros mirábamos el scouting, los jugadores que teníamos enfrente, y los atacábamos desde la intensidad y la energía. Queríamos que no se sintieran cómodos. Y el grado de inconciencia ayudó mucho a la hora de no dejarlos jugar. Eso lo tuvimos en todo el mundial, salvo en la final. 

-¿Te cambió mucho la sensación final por no ganar o no tanto?
. Son partidos que duelen. A nadie le gusta perder, pero a medida que pasaron las horas después de la derrota, la tristeza fue superada por la felicidad y la magnitud de lo que consiguió este grupo. En el mismo podio quizá. No ganamos el Mundial, pero quién iba a pensar que íbamos a estar ahí. Nosotros sabíamos que éramos capaces, pero hasta cierto punto. Se fue transformando todo en algo de orgullo y felicidad por conseguir el segundo puesto. 

-¿Cómo cambia la historia en relación a Tokio? Quizá no se pueda pensar tanto en ser inconcientes y los rivales ya los van a mirar de otra manera. 
. Creo que los rivales ahora van a ir más preparados contra nosotros. Quizá en el Mundial pasó que pensaran que en un partido normal nos podían ganar. También es un arma de doble filo para nosotros. Nosotros no tenemos que perder ese ADN o identidad que tuvimos en todo el torneo. Falta mucho para Tokio, pero a la vez tenemos que ir haciéndonos a la idea de que hay que poner el doble de esfuerzo de lo que pusimos en el Mundial porque va a ser todo mucho más difícil. 

- Ahora no van a poder decir que no van a Tokio por una medalla.
. No, no, no. Vamos a ir paso a paso. Estamos en noviembre. Olvidate que escuches algo así de alguno de nosotros. Ahora estamos todos con la cabeza en nuestras ligas, pero cuando empiece la preparación para Tokio, vamos a ser mejores jugadores y mejor equipo de lo que fuimos durante el Mundial. La preparación es fundamental y tenemos que aprovechar cada partido para llegar de la mejor manera. 

- Últimas tres cortas. Siempre se habla de que las ligas post torneos como Mundiales o Juegos Olímpicos son difíciles para jugar, y el Real Madrid es una selección en sí misma. No sé si encontrás en eso un motivo para el inicio no tan sólido del equipo en la Euroliga. 
. Somos 16 jugadores y cada uno podría estar en cualquier equipo del mundo como titular y ser protagonista. El cuerpo técnico está manejando a la perfección la rotación, sabiendo que cinco venimos del Mundial y hubo muchos partidos durante las vacaciones. La Euroliga este año es súper competitiva y difícil. Siempre tenés bajones, por lo general más adelante. Quizá el nuestro vino antes, pero no queremos poner como excusa el Mundial. No empezamos como queríamos, pero a la vez estamos de a poco volviendo a nuestro buen juego. Pero hay 90 partidos en la temporada si llegás al final. Es normal tener algún bajón y con el equipo que tenemos no termina siendo tan grave. 

- El Armani primero de la Euroliga con Scola. ¿De qué está hecho este pibe?
. Bueno, mentalidad ganadora, no hace falta que te lo diga. Todos lo ven. Y la calidad de jugador y de profesional que es. No sorprende ya cómo está jugando y lo que aporta. El entrenador busca en él algo específico y lo está haciendo a la perfección. Está metiendo además puntos, tomando rebotes, haciendo ganar al equipo...la verdad es que a nosotros, hasta que nos enfrentemos, nos pone muy contentos, je.

- Venís ganando todo con tus equipos y a nivel personal. ¿Sentís este año la responsabilidad de responder ante tus compañeros y ante los demás por lo que se espera de vos?
. No, no lo veo así. Al fin y al cabo es otro rol el que tengo comparado a la selección. Somos 16 jugadores, tres bases, 90 partidos. No me pongo a pensar en los mejores bases de Europa o si estoy ahí. Pienso en cada partido e tengo en mi cabeza ayudar a mis compañeros y producir cuando me toca estar adentro. Poner toda la energía y la intensidad para hacer fluir al equipo. 

- Ok, bueno, gracias. Supongo que te irás ahora a tu casa y cambiarás pañales. 
. Sí, obvio, ¿cómo no voy a cambiar pañales? Olvidate. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

 

 

 

 

 

 

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