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Quimsa de Santiago del Estero se preparó para ganar todo esta temporada. Una gran inversión en un plantel completo: jugadores de selección, aportes extranjeros con calidad probada (Fells, Francis y su reemplazo Hagins) y un gran entrenador como Silvio Santander. Como si fuera poco: un comienzo inmejorable, siendo campeón del Súper 20 en su casa y contra el multicampeón San Lorenzo ilusionaba a todos en la capital santiagueña.

El comienzo del conjunto dirigido por Silvio Santander fue irregular, pero teniendo en cuenta la relajación que puede traer un título, se entendía que tarde o temprano se iba a despertar. El primer problema a solucionar, que pudo mejorar pero no erradicar, era la cuestión defensiva. El equipo nunca encontró la intensidad defensiva, de hecho estuvo durante toda la temporada entre los equipos con más puntos recibidos (permitió una media de 81.8). En contraposición, la ofensiva del equipo (quedó en una media de 81.9 puntos) estaba con buena rotación y distribución de goleo, llegando a tener por momentos ocho jugadores en doble dígito de media.

Los niveles individuales empezaron a mermar. Nico De Los Santos, base de excelencia por trayectoria y rendimientos, perdió la titularidad en manos de Juan Brussino, quien, de hecho, terminó siendo el jugador más regular del equipo promediando, en su segunda temporada en Quimsa, 13.6 puntos y 4.0 asistencias. El otro con buenos partidos fue Leonel Schattmann, uno de los tres convocados del equipo en la última ventana de Eliminatorias FIBA, quien promedió 13.0 tantos con 34.4% en triples. La mejor efectividad en triples estuvo en manos de Coco Mainoldi, uno de los referentes más importantes del plantel, que tiró para un 43% desde la línea de 3. Otro déficit importante estuvo en no encontrar nunca el poderío en el poste bajo.

Volviendo a lo colectivo, el equipo nunca encontró una química sostenida y tuvo grandes dificultades defensivas para sostener los partidos sin importar la condición, ya que su récord fue parejo tanto en el Estadio Ciudad (11-10), como fuera de casa (8-13). Solo dos veces pudo hilar tres triunfos consecutivos: en las primeras tres jornadas de La Liga (Peñarol, Quilmes y Obras) y a fines de marzo (Ferro, Gimnasia e Hispano).

Si todavía quedaba un esperanza de que las figuras que formaban el plantel se incentiven con la llegada de los playoffs, no fue el mejor momento: sobre el cierre de la temporada regular perdió la chance de ser cabeza de serie en la primera ronda de playoffs, cayó contundentemente en el clásico contra Olímpico en la última jornada de la fase regular y su entrenador, Silvio Santander, anunció que, a pesar de tener tres años de contrato, dejaría su cargo al finalizar los playoffs.

En la serie de primera ronda con Ferro nunca pudo domar el juego de equipo que tiene el conjunto de Caballito. Cayó categóricamente en los encuentros en Buenos Aires y, más allá del triunfo en el Juego 3, no tuvo la solvencia necesaria para remontar el partido en el Juego 4. Quizás una imagen que resumen la temporada de un equipo lejos de sus aspiraciones fue ver como se le iba la última vida en estos playoffs: en el Juego 4 Schattmann descontó con un triple sobre el final y, a pesar del pedido de Silvio Santander de presión alta en el tiempo muerto, la desconcentración del equipo hizo que Mitchell quedará absolutamente solo para consumir los últimos segundos y recibir la tardía falta.

Quimsa empezó la temporada con un gran título en el Super 20, pero la terminó de capa caída con una imagen que nadie esperaba: un equipo lejos de sus pretensiones en el juego y en los resultados.

Camilo Marchetta/ [email protected]
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