La Liga

A 30 años del último partido de Pacífico en la Liga Nacional

12:30 11/08/2019 | El 9 de agosto de 1989 fue el último juego del conjunto bahiense en la máxima categoría del básquet nacional, donde disputó 5 temporadas y dejó una huella imborrable.

El equipo de Pacífico Basket con su referente principal, Chelo Richotti (foto: G.A.P)

El 9 de agosto se cumplieron 30 años del último partido de Pacífico en la Liga Nacional, uno de los equipos pioneros de la competencia, y que en su corta travesía dejó una huella imborrable. Su emblema fue sin dudas Marcelo Richotti, el cerebro y motor de los bahienses.

Pacífico fue un equipo que enamoró por su juego, veloz y cerebral bajo el liderazgo de Richotti, y con una alta intensidad de todos los integrantes, conformando un bloque sólido y compacto. Metió a Bahía en lo más alto de la pirámide siendo protagonista de las primeras ligas. La clasificación a la Liga Nacional fue conseguida en el cuadrangular que se disputó en Pergamino entre el 29 de junio y el 1 de julio de 1984. A pesar del debut con derrota ante Estudiantes de Bahía Blanca (90-93), Pacífico fue subcampeón tras vencer a Gimnasia de Pergamino (84-82) y Atenas de La Plata (87-78). 

En la etapa de transición de la Liga Nacional, último Argentino de Clubes, Pacífico estuvo muy cerca de llegar a la final, pero en semis fue eliminado por San Andres Basket (88-95 y 91-92), quien se terminó coronando campeón. Pacífico, con récord de 14-6, quedó tercero. Durante 5 temporadas formó parte de la élite del básquet argentino, donde jugó 154 partidos, de los cuales ganó 69 y perdió 85, logrando el 44.81% de victorias. Su punto más alto fue un 4º lugar en dos oportunidades: 1987 y 1988.

A pesar de ser el más modesto de los representantes bahienses en la Liga Nacional, Pacífico se encargó de dejar bien alta la vara de la capital de básquet. No importaba el escenario donde hacía de local, su gente acompañaba siempre al equipo en cada presentación. Y el equipo respondía con autoridad, carácter, energía y corazón, rasgos que hacían a su identidad. Jugar contra Pacífico era un verdadero dolor de cabeza, no importaba quien fuera el técnico o los jugadores, el fuego sagrado se mantenía firme año tras año.

Si Pacífico no llegó más alto fue porque 2 de los mejores equipos de la historia de la Liga Nacional se interpusieron en su camino: Ferro lo eliminó en 3 juegos en 1987, mientras que Atenas lo hizo en 5 partidos en 1988. En ambos casos fue en semifinales. Durante su excursión liguera, fue dirigido por cuatro entrenadores. En 1985 comenzó Carlos Ferello y lo sucedió Roque De Pascuale, ex jugador, preparador físico y luego DT. Carlos Boismené estuvo un año y medio (1986/87), y Alejandro Alvarez en los dos últimos.

La voluntad y el deseo de los dirigentes de permanecer en la Liga Nacional, sumadas al fuerte respaldo de sus hinchas, hicieron posible el sueño de Pacífico. Pero a los vaivenes deportivos y económicos propios se agregó la crisis del país, y eso fue el principio del fin. Fue imposible continuar disputando la máxima categoría, aún cuando quedaban 7 partidos para finalizar la 2º Fase.

La falta de recursos hacía imposible mantener el equipo para intentar llegar a los playoffs, por eso la decisión estaba tomada, el 9 de agosto 1989 sería el último partido. Punta Alta, ciudad distante a unos 30 km de Bahía Blanca, fue testigo del último partido de Pacífico. La caída ante Independiente de Neuquén (95-102) quedó para la estadística. Las lágrimas de Marcelo Richotti fueron más que elocuentes cerrando un ciclo inolvidable para sus hinchas.

Roberto Martín / [email protected]
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