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Desplaza a un rival con un golpazo en una pelota dividida, realiza un giro, hace tres piques y llega al aro para definir con la derecha tras una finta de pase que dejó pagando a todos. Era la temporada 2013/14 y Facundo Campazzo estaba endiablado. Hacía lo que quería, cuando quería y donde quería. En transición era letal y allí alcanzaba su mejor versión.  

Salvando las distancias, en esa temporada el cordobés corría los contragolpes como Magic Johnson, dominando los tiempos a su antojo. Visión de cancha, sutileza y velocidad de ejecución formaron los hilos de una media que se tejió a mano en Mar del Plata. Jugaba en Peñarol y estaba en su mejor momento.  

Tal fue su dominio que promedió 16.3 puntos, 4.1 rebotes, 5.9 asistencias y 2.1 robos en 31.8 minutos en cancha. Además, sus porcentajes de tiro fueron de 38.0% en triples, 56.0% en dobles y 76.0% en libres. Disputó en total 51 partidos y se dio el gusto de despedirse de Argentina a lo grande, quedándose con el Super 8 y la Liga Nacional 2013/14.  

829 puntos, 210 rebotes, 302 asistencias, 108 tapas, 72 triples, 183 dobles y 247 libres en 1623 fue el resultado global de aquella campaña en la que el picante base lo fue todo. Tan bueno era lo del cordobés que terminó pareciéndose, en cierto punto, a Magic Johnson. No usaba la 32, sino la siete. No medía dos metros, sino 1.80. Pero disfrutaba de la misma manera que el yanqui. Magia y show, rock and roll y diversión.