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Anticipamos. Esta es una nota para leer a la mañana, meterse en un chat de Whatsapp de 150 miembros y arrancar la discusión. Si no, no tiene gracia. En tiempos de Coronavirus, hay que animarse a dar estas charlas, porque a la distancia, sin contacto social, no se puede perder el folclore de polemizar por nada. Empecemos. 

¿Quién fue el mejor tirador de la historia de la Liga Nacional? Cuando comenzamos a armar una lista preeliminar, creíamos que nos sería simple armar un Top 5 o un Top 10, pero a medida que mirábamos nombres y estadísticas, la cosa se iba complicando. Recurrimos entonces a lo lógico: consultar a colegas. Peor: sumaron más nombres todavía y, para colmo, con argumentos. En realidad nosotros teníamos al ganador de antemano, pero se hizo muy difícil rodearlo de pocos. 

Develamos el secreto de entrada. Entendemos que la cantidad de triples que anotó a lo largo de su carrera hizo que Leo Gutiérrez se convierta en un feroz tirador, pero la delicadeza, muñeca, puntería y elegancia de Juan Alberto Espil, para nosotros, no deja ni un pequeño resquicio para la duda. Igual, sigamos con nombres y números. 

En la foto que ilustra a esta nota incluimos a Andrew Moten por una simplísima razón. Es el jugador con más triples por partido convertidos de la historia jugando un mínimo de 100 partidos: 3.2 por juego. Segundo está Espil (3.0) y, aunque le sueñe extraño, Leo Gutiérrez al día de hoy está apenas 22º, con 2.1 por juego. Es que empezó tarde a tirarla de lejos. La sorpresa aparece en el puesto 3: Carlos Romano, con 2.9 por partido. No sorprende por la mano que tenía el tucumano, pero sí por la cantidad. No se sabe el porcentaje porque en esa época no había estadísticas de lanzamientos. 

¿A qué otro teníamos estudiado para meter entre los mejores? Por mecánica, belleza y efectividad, Ariel Bernardini siempre fue de nuestros predilectos, y cuando lo chequeamos con los números, si bien no lidera ni promedio ni porcentaje, tiene excelentes estadísticas en ambos rubros: 1.8 por juego en 436 partidos, con un porcentaje del 44.0%. Acá hicimos trampa, porque Ariel jugó 1985 y 1986 en Sport, metiendo en total apenas 4, porque era muy joven y casi no jugaba, y en esos años no hay data de tiros, por lo que le contamos toda su carrera menos esos dos años. Estamos perdonados. 

Y si hablamos de tiradores, ¿podemos dejar afuera a Eduardo Dominé? Hasta la irrupción de Leo Gutiérrez, fue el máximo triplero de la historia y, como varios de esta lista, se destaca más por cantidad que por porcentaje: 2.7 en 718 partidos, con 38.9% de efectividad. Algo parecido a otro killer tremendo de la época: Leandro Ginóbili. Sï, Leandro era mortal de 3 puntos y terminó con 2.5 en 323 partidos, con 38.3%.

¿Otros clásicos de los '90 y principios de los 2000? Los hermanos Milanesio, Mario y Marcelo. Mario era el tirador nato, y sus estadísticas lo confirman: 1107 triples en 457 partidos (2.4) y un magnífico 42.5% en los años que se llevaron los porcentajes. Marcelo no se quedó atrás. Quizá el base tirador más efectivo de todos los tiempos: 1690 anotados en 848 partidos, a razón de 2 por juego, y con un porcentaje de 43.7%, una locura, siempre sin contar las primeras 3 temporadas de la historia.

Lo bueno de esta discusión es que aquí se pueden comparar bastante las distintas épocas, salvo quizá por el estiramiento de la línea de 3 en el 2010, pero después, si bien el juego cambió, los tiradores siempre tuvieron características similares. Antes se tiraba menos, eso es cierto. Sigamos. 

De la primera época, nos quedaron algunos ejemplares más, y de los mejorcitos. Chocolate Raffaelli jugó poco en la A, pero nadie se animaría a discutirlo como uno de los grandes en ese rubro. Una técnica tan bella como efectiva, similar a la de Bernardini. Crack. Y, con características totalmente distintas, no podemos no mencionar a Fefo Ruiz, el uruguayo goleador de las primeras tres ediciones de la Liga Nacional. Es cierto que Fefo, de entrada, no utilizaba mucho el triple, pero la metía de 6 metros como un caballo, y cuando pasó a Olimpo, en 1988, le tomó el gustito a los 3 puntos y no le fue mal. No podíamos dejarlo afuera. Caso parecido, el del Chuzo González. Tirador fatal, pero no tanto de tres puntos, o el lunguito Julio Ariel Rodríguez. Al que sí metimos después de analizar sus estadístics fue a Jorge Racca. Un asesino silencioso. Jorge, además de ser el mejor promedio de puntos de un jugador argentino en la historia (23.2 en su carrera), te mataba sin que te dieras cuenta. Promedió 2.4 triples por juego en 311 partidos y con 41.3% de efectividad. Un animal.

En la era media, investigando, nos acordamos del pelilargo que se acomodaba en una punta y, a pie firme, te liquidaba: Jorge Zulberti. Cuando fuimos a sus números, nos encontramos con esta bestialidad: 913 convertidos y, en los años con estadísticas completas, ¡47.4% de efectividad! Otro ejemplo de la época, quizá comparable al de Leo Gutiérrez después, fue el de Esteban Pérez, que en los primeros 3 años de su carrera anotó 11 triples en total y luego fue uno de los killers más determinantes de la competencia. 

Ya en los 2000, quizá bajó la cantidad de tiradores definidos, pero siguió habiendo muchos. Destacamos aquí a dos que, a nuestro juicio, fueron los más contundentes: Paolo Quinteros y Leandro Masieri. Características muy distintas. Paolo más completo, con más recursos, pero igualmente un lanzador brutal (2.1 por juego en casi 700 partidos y 37.2%), mientras que Masieri no solo tirador, sino tirador de 3 puntos, solamente. En los últimos 5 años de su carrera metió 372 triples y 33 dobles. Un genio. Y se retiró con un 40% de 3 puntos global en su trayectoria en la A. 

Quedaron muchos afuera, como Diego Cavaco, el Pitu Rivero, Josi Gil, Donald Sims, David Scott, Darío Arenas, David Jackson, Santi Scala, Facundo Piñero, Julio Mázzaro, Edgard Merchant, Leo Mainoldi y muchos más. Al final, de buscar un Top 5 terminamos mencionando como a 40. Como para que la discusión por chat sea larga e interminable. Tiempo hay.

Fabián García / [email protected]
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