Liga Argentina

Pablo Bruna y su ingenio para sobrevivir en pandemia

15:35 30/09/2021 | Rebusques de pandemia le dieron al base otra perspectiva de la vida para hoy disfrutar aún más de su pasión deportiva. Budines, fletes y viajes en el lado B del armador granate.

Pablo Bruna y su último paso por Atenas (Foto: Liga Contenidos)

Los tiempos de pandemia sacaron a la luz otros costados de la gente, el freno de mano en el cual estuvo inmerso el país afectó a mucha gente y muchos deportistas profesionales tuvieron que salir a buscar otras opciones para poder subsistir al momento. Pablo Bruna fue uno de ellos y junto con su mujer se arremangaron para hacer distintas cosas para superar los tiempos de Covid y tristeza en la población.

"Muchos tuvimos que reinventarnos, la situación económica llevó a que varios jugadores empiecen a tomar trabajos en otra profesión. Cuando tocó volver, muchos de los que conozco tuvieron que seguir con lo que tenían además de jugar al básquet, ya que para tener un pasar digno con el básquet solo no alcanzaba. Tuve el apoyo de mi  mujer que en gran parte de la pandemia se bancó el sustento económico y de mi parte tuve que salir a hacer fletes, viajes como Uber y budines para vender",contó el armador cordobés

"Tuve que acudir a la ayuda psicológicamente porque de un día para el otro lo que sabes hacer no sirve para nada, no lo podes ejercer y no podes sacar un rédito económico de eso. Pude reinventarme y darme cuenta que sirvo para otras cosas que no sea jugar al básquet y generar recursos desde otro lado, en ese sentido estuvo bueno y le saque su lado positivo a la pandemia, fue un aprendizaje",reconoció.

La interrupción de la temporada 2019/2020 dejó a Pablo con un sabor agridulce, dado que a Platense no le estaba yendo para nada mal en su debut en la Liga Nacional y en lo particular venía cumpliendo un buen desempeño, reafirmando todo lo bueno que lo llevó a ser el MVP de las finales de la Liga Argentina. Para el reinicio de la actividad en noviembre del 2020, el Calamar decidió prescindir de sus servicios y como no hay mal que por bien no venga, en un horizonte no muy lejano asomó Atenas de Córdoba, el club de sus amores.

 

 

"Lo de Atenas fue muy lindo, quizás no fue al cien por ciento por el hecho de que me hubiese gustado jugar en el Poli y cumplir un sueño de la infancia la de jugar con la camiseta de mi ídolo Macelo Milanesio. Así y todo fue un gusto hermoso que me pude dar, si bien se sintió la presión de jugar por el descenso por ser Atenas el más ganador de la historia de la liga, fue un lindo momento haber mantenido la categoría", indicó.

Haber jugado en el Griego es como cerrar un círculo en su vida, su padre jugó al básquet de manera amateur y era de ir al Polideportivo a ver a su Atenas querido, pasión que le heredó al niño Pablo: "De chico mi viejo siempre me llevaba a ver a Atenas en el Polideportivo, a los cuatro años me inscribió a la escuelita de Milanesio y ahí arranqué. Después con el tiempo estuve jugando en varios lugares del país por el laburo de mi viejo que viajaba todo el tiempo".

El laburo en una empresa nacional como Telecom hizo que Bruna en su niñez e infancia viaje por muchos lugares de la Argentina siguiendo los  nuevos desafíos de su papá. Esas partidas estaban cargadas de bolsos con ropas y otras cosas, además de la ilusión de ser básquetbolista profesional.

"De chico de manera inconsciente siempre dije que quería jugar al basquet, me acuerdo de esa pregunta que te hacen parientes o abuelos sobre que queres ser cuando seas grande, siempre respondía que quería ser jugador de básquet y estuvo en mi cabeza todo el tiempo", reconoció.

Así fue que arrancó su camino con la naranja primero en Córdoba, después en Chaco y luego en Rosario, jugando para Provincial fue donde confirmó todo aquello que soñaba de chico y se convenció de eso en un entretiempo de un partido cuando jugaba en la categoría cadetes.

"En un torneo en San Jorge tuve un episodio con un entrenador que me hizo darme cuenta que realmente era bueno haciendo lo que estaba haciendo y si le ponía empeño y dedicación tenias chances de llegar a algo y por eso mi cabeza hizo un click. La historia es que en un partido de ese torneo estaba muy fastidioso porque no estaba jugando bien y tenía la mente en otra cosa. En el entretiempo me comí un reto bastante grande y me hizo dar cuenta de que era muy importante para el equipo y que si no estaba bien el equipo lo sentía y que me necesitaba"

Finalmente Provincial terminó ganando ese torneo de cadetes en el 2003 y el entrenador que le abrió los ojos a Bruna fue Enrique Lancelotti, actual coach de Ceres y a quien le tiene mucho aprecio.

La gloria por partida doble

Tras la estadía en Rosario hubo un nuevo retorno a Córdoba y allí hubo lindas etapas con San Martín de Marcos Juárez y San Isidro primero, para luego vivir momentos eternos con dos instituciones bien futboleras como Instituto y Platense .

 

En el 2015, en el mítico Héctor Etchart pudo coronarse campeón con la Gloria y además ser el MVP pavada de premio para dar el salto oficial a la Liga Nacional de una vez por todas: "El de Instituto fue el primer logro grande y haber conseguido el objetivo de llegar a la  Liga Nacional. Si bien el recorrido también fue lindo y exitoso habiendo conseguido ascensos con San Martín de Marcos Juárez y San Isidro. El de Instituto fue muy importante por el hecho de ser un club grande de Córdoba, la identificación que tuvimos con la gente por la forma que lo obtuvimos siendo contundentes en toda la temporada y haber sido el MVP fue la frutilla del postre. Fue algo muy disfrutado"

Con ese espaldarazo llegó el sueño de la Liga Nacional y la aventura fue placentera durante la primera temporada y en la segunda llegó lo magro del deporte profesional donde a veces no salen las cosas como se esperan o surgen otros factores que producen un desenfoque en el rendimiento. Sobre esta cuestión Bruna recordó: "Mi primer año de Liga con Instituto fue aceptable, el equipo se preparó para salvar la categoría. Arrancamos el año con un solo base mayor que era yo y los que estaban atrás eran juveniles, además de que éramos los tres debutantes en la Liga lo cual no es un dato menor. El entrenador también debutaba en la máxima competencia y creo que en líneas generales hicimos un buen torneo”.

“Para el segundo año me preparé como nunca lo hice en mi carrera y estábamos cumpliendo con las expectativas que se habían generado. Esa temporada fue el año de los tres bases con la llegada de Gastón Whelan a mitad de temporada, algo extraña. Eso y otras cuestiones por fuera de lo deportivo que se mezclaron hicieron que mí salida de Instituto sea un tanto rara”,sostuvo Bruna, quien tras esa partida estuvo un tiempo sin poder reconectar con su pasión hasta que llegó Platense.

“Lo de Platense fue algo inesperado, estaba jugando en Chile y pensé que se terminaba la temporada. Surgió la posibilidad de venir a jugar los playoffs y en poquito tiempo pude demostrar para que el año siguiente me confirmen con el objetivo claro de pelear por el ascenso”,comentó

“Que te venga a buscar para tamaño objetivo me generó expectativas, venía pasando un mal momento personal y eso me hizo enfocarme y sentirme importante nuevamente. Estando en Buenos Aires pude conocer a mi mujer que me cambió la vida y me hizo ver las cosas de manera diferente en lo deportivo y en lo personal haciéndome entender que nadie me había regalado nada para llegar adonde llegué. Fue un año clave, estoy totalmente agradecido con Platense, siempre lo voy a tener en mi corazón y si se da alguna vez de volver lo haré muy contento”, sostuvo con orgullo por haber vuelto a sentir esa pasión por la naranja como cuando era chico y se paseaba por las calles de Córdoba con la nueve de Marcelo Milanesio.

El ascenso con Platense, el amor, la estabilidad emocional, encontrar tu lugar en el mundo, son todas las cuestiones que puede enumerar Bruna sobre sus últimos años. Su madurez se traduce en la cancha y ahora cada vez que llega una propuesta lo analiza: “Hoy por hoy me intereso más en los proyectos y en los clubes que se fijan en mí”.

Pablo Bruna y sus malabares en la vida como en la cancha, la pandemia le abrió otra perspectiva y hoy desde la madurez afianza su pasión con el básquet y en Lanús buscará meterse en la historia grande la Liga Argentina porque sabe que no hay dos sin tres; y en matera de ascenso ya sabe de que se trata.

 

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @osoresmauro

 

 

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