Alejandro Alloatti: “Jugué muchos años frustrado”
10:42 05/09/2021 | El ala pivote refuerzo de Platense repasó parte de su carrera con Básquet Plus e hizo un análisis entre el antes y el después de la psicología en el deporte.
La vida de Alejandro Alloatti en su Santa Fe natal transcurría como cualquier chico amante de los deportes , con mucha actividad y muchas horas corriendo con la complicidad de una pelota, daba igual si era de fútbol o de básquet. Con un padre exjugador, los días de Alejandro dentro de una cancha de básquet se remontan desde una edad bien temprana correteando en los minutos, entretiempos y pos partido.
Hasta allí todo normal, solo que un detalle no menor le cambió la ecuación y fue un estirón de estatura y con 14 años pasó a medir 2,01 cm. Aquel cambió físico y sus enormes ganas por jugar, hizo que una casualidad lo lleve hasta Obras y con papá como nexo conductor, en un básquet que comenzaba a sacarle una cabeza de ventaja al arquero que se revolcaba defendiendo los tres palos de Villa Dora en el barrio.
"Lo de Obras fue una gran casualidad, mi viejo retirado seguía juntándose con un grupo de veteranos a jugar y en un momento integran a un muchacho de Buenos Aires que se suma a jugar con ellos, un tipo que trabajaba toda la semana en Santa Fe y en los fines de semana se volvía a Buenos Aires. Da la casualidad que tenía dos hijos jugando minibásquet en Obras y yo cada tanto iba a jugar con mi viejo, tenía 14 años y medía dos metros. El tipo este me vio jugando y comentó en Obras como lo hacía y como era físicamente. Así que fue todo muy rápido, me invitaron a venir a conocer, estuvimos unos días en Buenos Aires conociendo el club, las instalaciones, el colegio y ahí fue que decidí probar suerte. Dije que sí al toque gracias a que mis viejos me dieron esa libertad de elección en ese momento, fue difícil pero estuvo bueno”, recordó Alloatti sobre su arribo a la institución de Núñez y un cambio de vida en un abrir y cerrar de ojos.
-¿En ningún momento tuviste algo de duda de lo que estabas haciendo, tus padres como tomaron la partida tuya desde tan chico?
- “Sinceramente no dudé para nada, no me planteé jugar al básquet profesional. Apenas veía liga y cuando me lo propusieron me hice toda la película y nunca miré atrás. Mi vieja con un dolor en el alma tremendo y mi viejo como viendo que yo tenía la oportunidad que a él en su momento no se le había dado. Entonces él me decía 'dale para adelante, si es lo que querés' y mi vieja del mismo modo con ' hace lo que querés', pero con un dolor en el pecho”
- Tu debut se dio muy rápido (debutó a los 14 años ante Quilmes el 19 de noviembre de 1999, a diez días de cumplir 15) en Obras en menos de un año ya estabas jugando la liga ¿Cómo fue eso?
- "A los poquitos meses de haber llegado ya estaba entrenado con la liga y Guillermo Vecchio me puso unos minutos casi con quince años. Fue un año muy loco donde pasó todo rapidísimo casi no lo pude ni pensar, no fue una decisión tan consciente fue algo que se fue dando y casi que comenzó mi carrera sin proponérmelo".
- ¿Qué hay de cierto en eso de que el Pipa Gutiérrez te indica como el incitador a la vagancia en aquellos tiempos viviendo en Obras?
- "No sé si era el incitador y que todos eran una joyita y yo la oveja negra, para nada. Al contrario éramos todos bastante vándalos y Juan el que intentaba incitar a la responsabilidad, el correcto, siempre fue así desde chico. Los demás nos fuimos desbandando un toque, cuando llegué estaba bien porque traía el ritmo de Santa Fe estudiando y jugando".
- ¿Te costó la adaptación al estilo de vida de Buenos Aires con respecto al estudio y los entretenimientos que podías tener por fuera del básquet?
- "Me fue bastante bien los primeros dos años y la verdad que con 15, 16 años viviendo solo con un grupo de chicos no es fácil ubicarte, hay demasiadas distracciones. Tus viejos hacen todo lo que pueden, pero la distancia hace que termines dependiendo de vos y si el club no tiene una estructura armada con tutorías que te puedan ir llevando, podes perder un poco el foco. Nosotros teníamos demasiada libertad para tener la edad que teníamos, entonces un poco que nos fuimos quedando con el estudio, al punto que terminé abandonando quinto año con la excusa que como jugaba la Liga y después podía rendir libre, dejé en quinto y con el viaje España de por medio, patee el secundario hasta los 26 o 27 años que me puse a terminarlo y luego me enganche con la tecnicatura (NdR: Se recibió de Técnico en Gestión de Capital Humano)".
-¿Ves una mejora en el aspecto contención que en otros tiempos o de acuerdo a tu experiencia?
- "Entendí después de grande la importancia de la formación, creo que los clubes hoy en día están un poquito más preparados en cuanto a la contención, pero considero que falta muchísimo acompañamiento a los jóvenes deportistas que están lejos de sus familias. Creo que todos deben tener un tutor y un seguimiento académico aparte del deportivo".
Tiempos de selección
La llegada a Buenos Aires y el crecimiento como jugador en Obras, hizo que Alloatti tengo un pasado formativo a la par del club con la selección y convocatorias en todas las categorías hasta en la mayor donde aún hoy es el jugador más joven en ponerse la camiseta de la selección con 15 años en unos Juegos de la Buena Voluntad en Australia.
"Con la selección fue hermoso y muchos años en un momento, desde los 15 a los 21 años no me perdí un solo torneo. Viajamos por todos lados y la primera convocatoria con la mayor fue una locura, tenía 15 años, venía de jugar un Sudamericano U17 y de una gira por Francia que con mi camada. Después de eso me cita Rubén Magnano para ir a jugar los juegos de la Buena Voluntad a Australia, donde había armado un equipo con todos jugadores jóvenes (23 o 24 años) y algunos un poco más grandes como Facundo Sucatzky y Dani Farabello y dos pibes que éramos Mati Sandes y yo".
- ¿Cómo te cayó eso y la posibilidad de debutar en la selección con un año apenas desde que te habías mudado a Buenos Aires?
- "Citó a doce jugadores o sea que el lugar era nuestro. Entramos un par de semanas, a jugar el torneo y ahí se dio eso de debutar, siendo el más joven en hacerlo con 15 años. Fue increíble, una sorpresa espectacular, algo inimaginable, en ese periodo de tiempo entre los 14 y 15 años no paraba de pasarme cosas buenas”.
- ¿Cómo era Magnano con dos chicos jugando en mayores? ¿Qué opinión tenés de él?
- "Rubén es un fenómeno, es el entrenador favorito de mi vida, de mi carrera. Compartí más que esa semana en la selección mayor y en ese torneo con nosotros se portó de primera, nos dio toda la confianza. Es cierto la fama que tiene de severo, pero el tipo era muy humano, al menos la relación que tuve con él fue de primera, tengo los mejores recuerdos como entrenador y como persona".
Etapa de transición
Los jugadores jóvenes que son tildados de promesas o se les pone el cartel de “este va a ser bueno” cargan un peso extra que no siempre hace bien al protagonista y la presión puede jugar un papel nocivo para el desarrollo.
“Después de los 21 como todo jugador joven cuando pasas a ser mayor y no es lo mismo, el grupo de jugadores con los que competís se agranda enormemente en cantidad, calidad y nivel y por eso que me costó volver a estar convocado. También se dio que competía contra los Generación Dorada, los mejores de la historia, así que no estuvo muchas veces más que un par de torneos”, explicó Alloatti e hizo una introducción a lo que fue transición de jugador de formativas a mayor.
- ¿Sentís que tu carrera fue acorde a las expectativas creadas sobre vos como jugador, pensás que te faltó algo más?
- "Por lo que fue todo ese inicio meteórico y tanta expectativa creada en el entorno, tantos periodistas diciendo ciertas cosas, tantos entrenadores diciendo tantas cosas, vaticinando el futuro o lo que tendría que pasar comparándome con tal jugador exitoso en sus inicios. La verdad que mamando todo eso desde chico y lo bien que me fue en aquel momento de los 15 a los 21 años, después pasé varios años frustrado".
“Pasé todos esos años de sentirme ahí arriba, creyendo que la iba a romper toda a ser un jugador de rol en la Liga Nacional y a que no me convoquen más a la selección. Sinceramente fue duro y durante muchos años me sentía frustrado, como decepcionado y que tenía que haber sido otra cosa, más selección, más tiempo en Europa, mejores contratos, mejores equipos. Durante varios años lo sufría así”.
- ¿Y cómo lo superas, si es que ya lo hiciste?
- "Ahora eso ya lo superé y hace bastante tiempo que vengo contento con la carrera que hice y no es que estoy esperando para que el día que me retire, mire para atrás y diga ‘que buena carrera que hice’. Estoy muy contento de llevar 20 años jugando liga en el primer nivel, sintiéndome bien, sano, encontrando todos los años motivación, aprendiendo cosas, cambiando roles y aportando desde más lugares. Estoy muy conforme con mi carrera, con la vida que me permitió hacer, mi vida no deportiva también la consideró muy exitosa con una familia súper solida y habiendo pasado montones de cosas juntos".
- Con lo que te pasó y habiéndolo vivido como lo viviste ¿Cambiarías algo?
- "No cambiaría nada del camino, durante muchos años sentí que sí que me había ido mal, me arrepentí de cosas, pero hoy lo tomo como algo que no existe, que nunca fue y tampoco sé si hubiera sido distinto, la verdad que estoy muy contento con mi carrera y el camino que me trajo hasta acá".
La Generación Dorada, tan cerca y tan lejos en el horizonte
Para los jugadores que siguieron en camada a los Generación Dorada les fue muy difícil estar a la altura, la vara estaba muy alta y la opinión esperaba de los que siguieran u ocuparán sus puestos en distintos torneos rendimientos similares con altos niveles de presión.
“Creo que fue muy difícil para los jugadores inmediatamente posteriores a la Generación Dorada, aquellos que teníamos cinco años de diferencia más o menos. Fue un período de mucho éxito del básquet argentino y los jugadores que estábamos atrás, estábamos muchos escalones por debajo. Entonces era como que la comparación ni existía y fuimos una generación que vivimos muchos años en la sombra y no se nos necesitaba, nadie se acordaba de nosotros, como que quedamos rezagados. Varios años después, cuando la GD empezó a necesitar nutrirse de jugadores nosotros ya estábamos en los treinta o arriba de los treinta y nuestro momento ya había pasado. Fue el tiempo de otra camada que tuvo la oportunidad que nosotros no y que además de tenerla, la aprovecharon y se la recontra merecen porque estuvieron a la altura y rindieron. A lo que voy es que tuvieron la oportunidad por la necesidad y allí apareció la oportunidad que aprovecharon, nosotros no tuvimos tantas, porque no hubo necesidad", reflexionó y argumentó sobre su camada de jugadores a los cuales les costó insertarse en el seleccionado mayor tras un largo recorrido en las formativas nacionales".
- ¿Considerás que tu caso pudo haber tenido algo parecido a lo de Marcos Delía cuando se le exigía por demás, hasta comparándolo con Oberto?
- “A Marcos seguro le pasó eso en un momento, en un principio, incluso creo que lo contó en alguna entrevista. Igualmente siempre fue un chico muy inteligente, muy ubicado y seguramente aprendió a manejarlo de manera rápida y su entorno lo habrá ayudado a superar esa situación. Probablemente tuvo una gran carga cuando arrancó y ahora mirá el carrerón que hizo y que sigue haciendo en la selección”.
- ¿En tu momento tratase esa frustración que tuviste con terapia?
- "Cero psicólogo deportivo, cero nada, de grande comencé con terapia y entendí todo lo que te ayuda. En nuestra época, hace quince años de esto no se hablaba, de los sentimientos no se hablaba, de las emociones no se hablaba, era otra cosa. Por eso digo que es muy importante el acompañamiento para los chicos jóvenes, en mis tiempos nunca tuve la oportunidad de abrirme para expresarme porque no se estilaba y recién de grande lo pude hacer".
- ¿Cómo ves ese cambio de paradigma con la introducción desde hace un tiempo de la psicología ligada al deporte de alto rendimiento?
- "Está bueno que ahora se esté hablando mucho de lo psicológico, los equipos estén trabajando con profesionales del área, hagan trabajos de grupo, indaguen como se sienten sus jugadores. Ahora hay jugadores que desde hace un par de años cuentan, salen hablar de sus problemáticas de lo que están pasando y de ahí viene la ayuda. No digo solamente en mi época no nos ayudaban, no nos acompañaban, si no que no nos expresábamos tampoco pedíamos ayuda y metíamos todo para adentro porque de eso no se hablaba".
- Se te nota muy entusiasmado con el tema de la contención de los jóvenes en el deporte de alto rendimiento ¿Es algo que te gustaría hacer cuando dejes la actividad?
- "Es un trabajo que me encantaría hacer, es algo que siento y que siempre me gustó. El hecho de acompañar a los jugadores jóvenes, ser una especie de tutor para darles una mano para la vida, para lo académico, personal, individual, no solamente deportivo. La situación pasa por contenerlos, un pibe que se va joven de la casa no puede tener todo librado al azar".
La reflexión ante todo, intentar aportar un granito de arena para construir en el básquet es la premisa de Alloatti, que por ahora disfruta desde adentro de la cancha. En el intangible emocional puede estar el próximo destino de Alejandro dentro de una estructura profesional, un área que crece y es cada vez más importante.
Alejandro Alloatti en la cancha como en la vida, simple.
Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @osoresmauro
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