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La noticia de que JaVale McGee se unirá a Sacramento Kings no comió grandes planas por impacto deportivo, mas si por lo significativo. Un significado especial para su familia. McGee, pivote de 2.13, ahora tiene la chance de completar el mismo círculo virtuoso que su madre, Pamela McGee.

El motivo de esta conexión especial radica en que, Pamela McGee fue seleccionada en el draft por las Sacramento Monarchs en 1997, donde pasó su primera temporada en la WNBA. Durante su temporada de novata en Sacramento, Pamela promedió 10.6 puntos y 4.4 rebotes antes de ser transferida a Los Angeles Sparks.

En su segunda temporada, Pamela continuó jugando para las Sparks, promediando 6.8 puntos y 4.8 rebotes. Además de su carrera en la WNBA, Pamela representó a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de 1984, donde el equipo ganó la medalla de oro, y ella promedió 6.2 puntos por partido.

La trayectoria de Pamela McGee la llevó desde Sacramento hasta Los Ángeles y a nivel mundial, demostrando su talento en cada paso. Ahora, casi tres décadas después, la historia de la familia McGee vuelve a conectar con la firma de JaVale por los Kings, donde su madre comenzó su carrera profesional.

Este acontecimiento también tiene un toque histórico, ya que tanto JaVale como su madre son medallistas de oro olímpicos, convirtiéndose en el primer dúo madre-hijo en lograr esta hazaña en la historia de los Juegos Olímpicos. Ahora, JaVale seguirá los pasos de su madre y jugará en Sacramento, tras haber estado también en Los Angeles y representando a Estados Unidos. Un circulo especial que se cierra. Los Kings se quedaron con un jugador experimentado, ganador y enternecido con la ciudad que acogió a su madre.