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Durante la temporada 2005-06, Los Angeles Lakers se enfrentaron dos veces, como es usual entre conferencias, a los Philadelphia 76ers. Kobe Bryant, que fue criado en la ciudad, siempre se tomaba personal las visitas al Wells Fargo Center, casa de los Sixers. Aquella temporada, visitando a Philadelphia, Kobe tuvo un pésimo partido al ser defendido por Andre Iguodala, quien una década más tarde sería el MVP de las Finales por su tarea defensiva. 

Ese partido fue de los que se etiquetan como "para el olvido" en los recuerdos de Bryant, habiendo tirado para 7-27 de campo, con apenas 17 puntos y una derrota abultada. Sin embargo, él no se olvidó de esa performance al continuar con el calendario, y tenía la fecha marcada a fuego: el 6 de enero de 2006, los 76ers irían al Staples a jugar.

Según contó Matt Barnes, y luego confirmó el mismo Iguodala, Kobe se acercó a Lou Williams, rookie por ese entonces de Philadelphia, para decirle "ey, antes del partido, decile a Iggy que yo digo lo siguiente: 50" haciendo referencia a la cantidad de puntos que iba a anotar. En cuanto Iguodala supo de esto, en us propias palabras, contó que no estaba preocupado, siempre le gustaba defenderlo y disfrutaba del desafío.

Lo siguiente que dijo Andre, resume perfectamente la mentalidad que llevó a Kobe hacia lo más alto. "Faltaban seis minutos en el reloj, perdíamos por 20. Kobe tenía 48 puntos, pero en cuanto sonó la chicharra en una jugada decidió salir. Su trabajo estaba hecho, el partido, liquidado." Bryant finalizó el juego con 48 puntos, 10 rebotes, 19-29 de campo y 7-7 en triples.