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Kareem Abdul-Jabbar, legendario pivote de la NBA, vivió un notorio desaire en su carrera al no ser seleccionado para el All-Star en la temporada 1977-78, a pesar de ser considerado el mejor jugador de la liga en ese momento. Antes de que esta temporada, LeBron fuera elegido para su 20º Juego de las Estrellas, tenía el récord de mayor cantidad de presencias con 19, no se había ausentado ni siquiera en su temporada debut, hasta que llegó el golpe infame. 

El gigante de los Lakers fue expulsado y se fracturó la mano dos minutos después de comenzar la temporada al golpear a Kent Benson, el recluta número uno del momento. Aunque recibió una multa récord de $5,000 y evitó la suspensión, Abdul-Jabbar se perdió 20 partidos debido a la lesión.

Tras regresar a principios de diciembre, Abdul-Jabbar tuvo 29 partidos hasta el parón del All-Star para demostrar que merecía el reconocimiento. Durante este periodo, exhibió un rendimiento excepcional, promediando 27.0 puntos, 13.2 rebotes y 3.1 tapones por partido, estadísticas que claramente reflejaban contribuciones de nivel All-Star. Sin embargo, a pesar de su notable regreso y números destacados, los votantes consideraron que la muestra era insuficiente para recibir el reconocimiento de las estrellas.