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El 30 de diciembre del 2021 no será un día más para el básquet colombiano, luego de que Jaime Echenique se convirtiera en el primero de su país en disputar un partido oficial en la NBA. Sin embargo, su camino no fue color de rosas, sino que el sacrificio desde joven fue el denominador común de toda su carrera.

“Sacrifiqué un montón. Vine a Estados Unidos cuando tenía 17 años, sacrifiqué tiempo con mi familia, con mis amigos, mi juventud, porque esto es un trabajo de tiempo completo si querés llegar a este nivel” comentó Echenique en conferencia de prensa.

A pesar de la lejanía, sus padres son fundamentales: “Mis papás son muy incondicionales, mi papá es la parte cognitiva mía, sabe cómo hablarme, qué es lo que necesito, cómo manipularme dependiendo el momento y la situación. Mi mamá es la emocional, es la que me quiere solucionar todos los problemas, aunque no pueda”.

Ante la posibilidad de cumplir sus sueños, desde joven este oriundo de Barranquilla se puso metas a corto plazo: “Todo fue poco a poco, primero soñamos que podía llegar a Estados Unidos, después que podía jugar en una escuela, una Universidad y después a ser un jugador NBA o ser profesional”.

“Uno de los sacrificios más grandes fue cuando vine al secundario y solo podía estar una o dos semanas al año en Colombia”. Es que en 2016 logró su primer objetivo en Estados Unidos, al jugar en Trinity Valley CC. Dos años después, con el secundario completado, pasó a formar parte de Wichita State en la NCAA, donde además de jugar estudió sociología y psicología.

Todo este sacrificio, dejando atrás a toda su familia y amigos, no hubiera sido posible para el interno sin el apoyo incondicional de una persona muy especial para él, Will Rolón: “Siempre fue esa persona que creyó en mi desde que nadie sabía quién era o me despreciaban. Fue esa persona que me inculcó ese deseo de ser mejor”.

Luego de no haber sido elegido en el Draft de la NBA en 2020, pasó al Acunsa GBC de la Liga ACB española, donde fue dirigido por el argentino Marcelo Nicola. Allí, luego de un gran comienzo, el interno se rompió los ligamentos y dijo adiós a la temporada.

Pero esto no supuso un freno para Echenique, que se recuperó, realizó la pretemporada y la Summer League con Washington y luego jugó la G-League con su equipo afiliado, Capital City Go-Go. Hasta que el pasado 30 de diciembre fue la fecha clave, donde los Wizards lo llamaron y logró cumplir el sueño de jugar en la NBA, aquel que tenía desde joven y que ahora se hizo realidad.