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La salida de Damian Lillard de los Blazers hace un tiempo parecía algo utópico, más hoy es una realidad. El máximo anotador de la historia de Portland cargó sus 33 años de experiencia y se los llevó a Milwaukee, donde finalmente le ofrecieron un proyecto para competir seriamente por un título. 

Con Lillard saliendo de Portland después de 11 temporadas, eso deja al núcleo de los Warriors de Steph Curry (que ingresa a la temporada 15), Klay Thompson (que ingresa a la temporada 13) y Draymond Green (que ingresa a la temporada 12). Saliendo del tridente de los Warriors, el listado sigue con el nuevo compañero de Lillard, ahora más fiel que él, Giannis Antetokounmpo (comenzará su temporada número 11). Ya luego figura otro interno, el último MVP, Joel Embiid y su vínculo con Philadelphia, que se adentra a su 10 campaña consecutiva. La lista de los que jugarán su noveno año con los mismos colores es extensa (Jokic, Karl Anthony-Towns, Myles Turner, Devin Booker y Kevon Looney). 

El vínculo, Lillard-Portland, parecía inquebrantable, una historia forjada con el sentido de pertenencia que se terminó derritiendo por la candente intención de ganar. Desde aquel Draft de 2012, en la que los Blazers utilizaron el tercer pick para seleccionar a Damian, ningún otro color fue anexado al talento del base. Un movimiento que parte la historia contemporánea y global de la NBA.