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LeBron James es uno de los hombres más duros e importantes de la historia de la NBA. Es probable que termine su carrera con la mayor cantidad de partidos jugados en la historia de la liga y cerca de la mayor cantidad de puntos anotados sino el primero. Dos factores principales para lograr todos estos elogios son su longevidad y salud. Sin embargo, con la lesión más reciente del jugador de los Lakers, muchos se preguntan cómo ha sido su historial de lesiones.

La primera lesión “grave” para James fue en el 2011 jugando para Miami Heat. Si, el 17 veces All Star de la NBA casi no se perdió juegos entre su llegada a la liga en 2003 hasta esta fecha. Las finales del 2011, ante los Dallas Mavericks, fue el gran bache de LeBron. La forma en que el 6, en ese momento, lidió con los calambres crónicos en el muslo derecho y la pantorrilla izquierda lo perjudicó mucho. Con frecuencia sufría estos tirones después de una entrada al aro o una posesión defensiva, lo que obligaba al Heat a sacarlo del juego. No es un daño significativo pero lo volvió tan vulnerable que se notó que estaba mal.

La segunda lesión fue en su llegada a los Lakers. La emoción de ver a LeBron en una de las franquicias más importante de la historia, que venía de un mal presente y lo que significaba desde el retiro de Kobe Bryant, era enorme. Sin embargo, su primer año en Los Ángeles no fue tan optimista. El equipo llegó al séptimo lugar en la Conferencia Oeste a fines de diciembre. Luchaban con la falta de anotación, y tuvo que llevar una gran carga a la ofensiva. Luego, James estuvo fuera de juego durante los siguientes 20 juegos con una grave lastimadura en la ingle. En el peor de los casos esto se puede convertir en algo crónico, pero por suerte nunca llegó a ese nivel y el Rey se pudo recuperar.

Y la última fue la que acaba de suceder ante los Hawks. Solomon Hill cayó sobre su pierna e hizo que se doblara el tobillo causándole un esguince, dejándolo afuera entre tres semanas y seis semanas.

El jugador de 36 años es un caso de estudio fascinante para cualquier persona interesada en la biomecánica del baloncesto. Lo primero que hay que señalar para explicar este fenómeno es su preparación de élite. Se estima que LeBron gasta hasta tres millones de dólares al año manteniendo su cuerpo en perfecto estado físico. Cosas como relajantes musculares, dietas y equipos de entrenamiento de última generación sirven para mantenerse en la mejor condición física.